Cada frase és una partícula de déu. Demana-li explicacions.
Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu
viernes, 30 de diciembre de 2011
dosmilonce se larga
La linea está difusa. La causa: una terrible confusión del alma. Lo intentamos, fuimos valientes. Tú aún no lo sabes pero... me salvará de ti. Nos enfadaremos porque se habrán agotado las cerillas y yo te odiaré por fumar tanto. I no sap on ha deixat les claus del seu petit gran univers. Lo dejo todo para dedicarme exclusivamente a la papiroflexia. Le saqué la lengua y ella me devolvió la jugada. Vivo con miedo de abrirle la puerta a un nuevo personaje y que me salude con una bofetada y se acabe el mundo. Dulce renacimiento. Grace se puso bien el vestido de topitos rojos y salió a leer una revista de moda a la terraza. Nadie te asegura que mañana no se te aparezca Dios y te mande a un convento o que caigas en un bovarismo profundo a causa de una frustración que ni si quiera tenías presente hace dos días. Es que las pretensiones nos inundan, al igual que los castillos mal planificados y lo único que nos puede reconfortar es que no estamos solos en esta lucha y fascinación por la vida. Hablando de mi verdadera y justa vida que Dios me prometió. Nostalgia inmediata y crusanes de chocolate para combatir la vida, que es muy puta y hoy me cuesta acostumbrarme. Está todo patas arriba, las almas se han vuelto majaretas. Nunca he hablado más en serio. Dice que cuando se funde entre la multitud ya no le importa nada y le importa todo. La que hizo el recuento equivocado de las rayolas de su habitación y no acertó en cual estaba escondido el tesoro. Soy la reina de las plantas carnívoras y he venido a comerte la pierna derecha, no temas, pecador, sin pierna se vive mejor. Mientras fumaba, escribía con mala letra verdades que luego le parecían mentiras. Tiene el cabello dorado y siempre se lo tiene que estar apartando de los ojos. Durante esta ausencia, en el momento en que nos llenamos de introversión, se nos inunda el alma en una pena líquida, de un naranja grisáceo que podría confundirse con el cielo nocturno de nuestra bella Barcelona. Cuando despertaba le dolía la espalda y cuando se pasaba la mano por encima notaba las huellas de dinosaurio. Me contó que podía intuir un ser embalsamado por aquel paisaje y sus aromas, dejándose llevar por esas letras que siguen una matemática perfecta y fusionándose con la sublimidad de la ciudad y la belleza de los textos (o tal vez era bella la ciudad y sublimes los textos). Vivíamos en aquella ventana sobre el canal con ese vivaracho italiano que decía ser pariente de Rossellini. Lideras la paz y contrabandeas con inocencia. Ella, que está en pleno viaje iniciático, ha aprendido ahora a aprovechar su aura mágica para robarles las almas a los vagabundos de la ciudad de la vida. Hemos cambiado, hemos errado pero nos queremos. Y luego el elefante viejote salió volando con sus orejas como alas silbando el himno americano. Por suerte las estaciones van y vienen, y aunque cada vez estén más chaladas, como nuestra civilización, nos dan pequeñas alegrías, porque somos muy fáciles de contentar y al igual que diosito erró con lo de los ríos sangrientos vaginales, también acertó con la rotación de los planetas. Libertad es poder ver la luna cada noche. Desinformado vivo mejor y sino le doy al vino. Es la bañera en que la pequeña Lulú reinventaba cuentos de sirenas. Contra el nihilismo lubricante social. Siempre nos quedará ir sin sostén.
lunes, 26 de diciembre de 2011
Textos malos para no dormir
Soy el resultado post-coito de Anne Bancroft y Miguel Hernández. Odio las Blackberris y los Iphones de los cojones. Me obsesionan los sesenta y Kurt Cobain. Celebro Santa Amélie. Un hombre, cuanto más yonki más atractivo. También odio el rencor y la venganza, por eso miro Gossip Girl. Estoy enamorada de un judío que se junta con lesbianas. Este. Y de ella me enamoré antaño. No sé escribir sobre nada que no sea yo, porque soy una jodida egocéntrica. La droga es buena, temer a la muerte no es bueno. Hay que dejar sonar el teléfono para poder ir corriendo como si el diablo te fuese a atrapar en el último ring-ringazo. Y sí puede ser, tírate al suelo sin miedo a partirte un brazo. Sin feisbuc eramos todos más felices. Ahora los amaneceres no son más que 5megusta. Soy una viajera del tiempo atrapada. La insatisfacción se traslada al abuso. Y la frustración se va con el aire. Siempre nos quedará ir sin sostén.
Alejada del murmullo,
las hostias vienen y van,
Júpiter y Venus se esconden
y luces de navidad.
Alejada del murmullo,
las hostias vienen y van,
Júpiter y Venus se esconden
y luces de navidad.
lunes, 19 de diciembre de 2011
Vaginas
Contra el nihilismo lubricante social. Max sale corriendo bosque a través. Las notas musicales de la canción son la luz de un cuadro impresionista. Su letra es la historia del recuerdo de un lugar repleto de cuentos chinos -aunque sólo uno sea digno de mencionar- o es la viva imagen de un rostro que ahora te invita a adentrarte en sus aterciopelados lloros. Estamos en la lista de la fiesta. Desamor de lunes, absenta de martes. Vida de gato, ronronea que ronronearás. This is life. La esquizofrenia crece y la soledad del náufrago cicatriza. No hay veneno en la melancolía. Tú dices que tenga cuidado con mi vagina, pero no sabes que poniéndola al sol luego folla mejor. Te he hecho una capa de purpurina con una cortina y cuatro áureos polvos de ayer. Póntela sobre tu cuerpo desnudo y no te verá nadie subir al terrat. Lo natural es volverse pálido mientras él canta. Yo aún conservo las arrugas de mi vejez, ahora, en mi inmediata dramática juventud. Dulce diciembre, enamorada me tiene enero. Fíjate, esa es la melena de la que te hablaba. Acompáñame a la guerra, que a ti se te da bien empalabrar, el mundo está malito como cuando Pikachu pierde un combate. Siento decirte que tal vez abandone la causa por despecho y las lucecitas del árbol las acabarás de poner tú, siguiendo la trayectoria que yo te marqué con el dedo. Parpadea la cocina y la corriente eléctrica fallaba esta mañana. Aquí, ni rastro de hojas amarillas, los árboles están más solos que la una. Sigo recopilando papel Albal en contra de la voluntad de la NASA. Anhelo el turrón hasta el punto más psicópata de mis entrañas. dos. o tres.
Therese Berard, Pierre Auguste Ronoire
domingo, 11 de diciembre de 2011
Flores pisoteadas y pis
Enrique guarda en un cajón pinceles y algodón. Algunas veces tienes que hacer algo imperdonable para poder seguir viviendo. Sobre doncellas de rostro pálido y caballos que pisan las flores de su jardín. Bajo los rayos lunares y los rostros gatunos un ejército de sociedad/suciedad, esa que se divide entre dos tierras, los que gozaron El árbol de la vida (y estuvieron al borde del abismo divino) y los que no. Y yo, como soy muy nazi, a la mitad la descarto. Los otros me traen loca. Hoy que es de día pero la luna aún sigue ahí he trasladado la bañera a mi habitación. Sumerjo mis sentidos. Aún así, el sonido de las grietas llega con distorsión a mi cuerpo, esa momia de dedos arrugados. De las grietas sale vegetación. Todo se vuelve menos casual pero más natural. Nos solemos empeñar en negar a las burbujas su función fugaz de cubrir un cuerpo que se pone en pausa. Es la bañera en que la pequeña Lulú reinventaba cuentos de sirenas. Hoy otros placeres de panda, pezones y pececito. Huellas de gritos de romances corporales. En la línea que separa su barba y el ojo derecho, una pequeña manchita que pide a voces unos labios que sirvan de cuentatiempo, escondiendo los latidos. Un guitarrazo y el despliegue del dolor. Mato a cualquiera y si tiene nombre también. Éramos tres en el autobús y una comía mandarina. Mientras tanto yo, embovariada de nuevo, vuelvo a leer Nada.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Marie-Antoinette
No hay que tomarse muy en serio la vida. Basándome en este hecho he decidido algo que, lleno de contrariedad, tiene mucho sentido para esta afirmación. De mayor seré terrorista. Seré el terror de Mariano. Hijos de la SM (Sociedad Moderna S.A.)os invoco. Tened cuidado con vuestros Iphones y Blackberrys porque voy a clavarlos un avión de papel en el ojo fabricado con hojas de la Biblia, el Corán y el Quijote. Tu actuación depende de un suspiro, sin autocrítica no hay vida. Podemos ser cómplices de Dios y contribuir a la belleza del mundo, o podemos optar por decir que lo nuestro tiene vida propia y haremos de esta una vida bella. Ambas historias tienen un mismo protagonista, unos mismos ojos que se adueñan de la realidad. La ciudad se ahoga de pena y no es precisamente por el agua, sino por la tristeza causada con la hipocresía de unos persuasivos lemas. Desinformado vivo mejor y sino le doy al vino. Desinformado, desinformado, desinformada, desinformados, desinformadísimos y sin ganas de ganar. Batalla perdida, recortes en educación y un televisor más grande en el salón. Es que no sé pedir perdón. No es arrogancia es ignorancia. Incompetencia arrogante e ignorante. Vota y te regalaremos una copa. ¿Porqué me preguntas eso? ¿A caso nunca te lo habías preguntado? ¿Para qué me servirá? Seamos prácticos y elijamos el camino con menos baches para no romper la bicicleta. Oh, Marco. Me ha sentado mal la vuelta al mundo real, se me hacía más fácil cuando todo eran hablares franceses y cuadros impresionistas por aquí y por allá. El nicho de cualquiera en cualquier lugar.
Jim y Pam desafían el orden cósmico del señor.
Jim y Pam desafían el orden cósmico del señor.
viernes, 7 de octubre de 2011
Vivir es correr hacia la muerte
dice Dante.
Huir es igual a buscar. Me persigue, cada vez se acerca más, cuando me encuentre acorralada por un acantilado tendré tres alternativas: oscurecer, volar o saltar al agua eléctrica (con una pluma indiana en la cabeza). A las casas flotantes perdidas de la mano de Buda también llegan los extraños pero se vuelven menos amarillos durante su estancia. Ha tenido que salir el gris del cielo para que entre mi nubosidad florezca un rayo de luz nocturnodiurna aneonizada y celestial. La gente confunde lo de juventud eterna. Si hablar de futuro (refiriéndonos al 2020 por ejemplo) significa asignar como un avance (con connotaciones positivas, claro está) que tu cuerpo aguante doscientos años más, me retiro. La belleza de la experiencia está en unas arrugas de la frente, decía alguien a quien aprecié y sigo apreciando (incluso más ahora, ya sabes, lo de la ausencia magnifica la esencia). La juventud eterna está en tu alma, espíritu libre, tan pocos entre la gran patata. También está en la sangre final. El puro. La persona más libre. Libertad es poder ver la luna cada noche. Libertad es un buen chapuzón en aguas cristalinas. Con una condición: si te place. ¿Qué es eso llamado sentido si no es algo parecido a esto? Y que ansia por encontrar en ello una puerta a esta expedición inacabable. Sea como sea yo necesito ver la luna desde otro lugar y en otras circunstancias, con nuevas historias que contar, con nuevas torpezas de las que reírme y con nuevos abrazos para recordar. Entre el verano y el invierno, este otoño que no empieza donde quiere el calendario, sino donde Dios quiere, nos invade el alma con su suave claridad, con su languidez adolescente y casi romántica, como un pájaro que canta, no importa qué, con mil años en el tibio pulmón o una inmensa tristeza en el mirar, dice el señor Cela.
Hojas secas...
M.
Huir es igual a buscar. Me persigue, cada vez se acerca más, cuando me encuentre acorralada por un acantilado tendré tres alternativas: oscurecer, volar o saltar al agua eléctrica (con una pluma indiana en la cabeza). A las casas flotantes perdidas de la mano de Buda también llegan los extraños pero se vuelven menos amarillos durante su estancia. Ha tenido que salir el gris del cielo para que entre mi nubosidad florezca un rayo de luz nocturnodiurna aneonizada y celestial. La gente confunde lo de juventud eterna. Si hablar de futuro (refiriéndonos al 2020 por ejemplo) significa asignar como un avance (con connotaciones positivas, claro está) que tu cuerpo aguante doscientos años más, me retiro. La belleza de la experiencia está en unas arrugas de la frente, decía alguien a quien aprecié y sigo apreciando (incluso más ahora, ya sabes, lo de la ausencia magnifica la esencia). La juventud eterna está en tu alma, espíritu libre, tan pocos entre la gran patata. También está en la sangre final. El puro. La persona más libre. Libertad es poder ver la luna cada noche. Libertad es un buen chapuzón en aguas cristalinas. Con una condición: si te place. ¿Qué es eso llamado sentido si no es algo parecido a esto? Y que ansia por encontrar en ello una puerta a esta expedición inacabable. Sea como sea yo necesito ver la luna desde otro lugar y en otras circunstancias, con nuevas historias que contar, con nuevas torpezas de las que reírme y con nuevos abrazos para recordar. Entre el verano y el invierno, este otoño que no empieza donde quiere el calendario, sino donde Dios quiere, nos invade el alma con su suave claridad, con su languidez adolescente y casi romántica, como un pájaro que canta, no importa qué, con mil años en el tibio pulmón o una inmensa tristeza en el mirar, dice el señor Cela.
Hojas secas...
M.
domingo, 18 de septiembre de 2011
Cara de poemes agres
Sólo queda una galleta de coco y me la comeré sin piedad alguna. El verano se va y las nubes lloran en la despedida. De repente tengo unas ganas enormes de las duchas en pleno invierno, de mantas y bufanda... Por suerte las estaciones van y vienen, y aunque cada vez estén más chaladas, como nuestra civilización, nos dan pequeñas alegrías, porque somos muy fáciles de contentar y al igual que diosito erró con lo de los ríos sangrientos vaginales, también acertó con la rotación de los planetas. Mañana vuelvo a casa a buscar más galletas de coco. Y a decirle a mi mami que estoy confusa. Los veinte y la vida moderna son más que explosivos. Soy Tom, Rasca, Gargamel y el Coyote. Pero sé que hay más hermanos Dalton perdidos entre hongos y onomatopeyas. De una actitud prepasiva, dónde observaba mi entorno de muy vez en cuando, he pasado a una actitud pasiva. Soy espectadora de la maldita y bendita vida, una vouyer que resdescubre el mundo y a medida que se adentra teme más por su cordura. Sentir que no entiendes nada y otras veces darte rabia por tus pretenciosos pensamientos de los que no escapas porque son así y punto. Si antes estaba fuera-del-mundo desfilando de puntillas con cautela para no despertar sospechas, eso sí, sin siquiera darme cuenta de ello, ahora veo pasar la vida y me mantengo alejada de ella, pero estar fuera-del-mundo lo consigo menos, aunque parezca que es un fuera-del-mundo continuo. Estoy embovarinada, tanta ambición sueñil no es buena. Si por lo menos entendiese algo... sólo una minúscula porción del gran pastel. Acabaré viajando a su caluroso núcleo, con la lava y el señor de cuernos colorados. Me hechiza un vestido rojo sobre una bella silueta, una flor seca en medio de un libro viejo de tapa dura con relieves y un encuentro de dos dedos más otros dos debajo de una almohada. Voy viviendo, a veces fatal, otras fenomenal. Hay algo de raro en esta última frase. Domingueo de cine Verdi y moja, oye. En serio, que mi espíritu revolucionario no ha muerto, me he comprado un bote enorme de pompas de jabón, os vais a cagar. Donde rompen las flores, salva una caracola.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
La vida es una tómbola
Elefante pequeño, llamado Elefantito, cursó sus estudios en casa. No conoció por entonces a otros pequeñajos/adolescentes/jóvenes elefantes. Su mamá era gorda. Su papá llevaba siempre pajarita de cuadros. Su maestro tenía gafas redondas y un quitamoscas. Elefantito corrió bosque abajo y dio doce vueltas de campana que le llevaron a caer de culo en el asfalto. Se levantó dignamente, se limpió las nalgas y divisó con una pata sobre los ojos el horizonte. Pisos por aquí y por allá. La vida civilizada. Elefantia. Un elefante anciano apareció en escena con un: "No des un paso más, pequeño, o estarás perdido". Y luego el elefante viejote salió volando con sus orejas como alas silbando el himno americano. Elefantito cruzó la frontera, se adentró en lo que sería luces de neón por la noche. Se enamoró de una elefanta, aunque también se podría haber enamorado de cualquiera de sus amigas. Se casaron, hicieron una boda de elefantes por todo lo alto. Tuvieron sexo. De ahí sus tres elefantines. Elefantilla, la menor de los tres hermanos, se escapó al bosque y vivió en la cabaña de sus abuelos (ahora fallecidos) rebelándose así contra las leyes impuestas por sus padres. No sabía que aquella había sido la casa de su papi hasta que encontró una foto de Elefantito con el rostro lleno de acné. Se partió la caja. Esa noche se tiró a un elefante salvaje que venía de la India, le comentó tras el acto. Se había quedado sin chicles y fue a Elefantia a por reservas de gomas masticalbes rosas de esas. Esto no se acaba aquí. Elefantilla murió de aburrimiento. Fue un entierro muy digno, sus hermanos llevaron sombrero de copa.
RIP Elefantilla
de luz y de color, de luz y de color
lo interesante está en las nubes, no aquí, pringui
un aplauso para la señora Medio y a su estimada hermana Cridad
la luna llena me ciega
monja
RIP Elefantilla
de luz y de color, de luz y de color
lo interesante está en las nubes, no aquí, pringui
un aplauso para la señora Medio y a su estimada hermana Cridad
la luna llena me ciega
monja
sábado, 3 de septiembre de 2011
Cantos de sirena
Llegó el momento, caen las murallas. La humanidad me ama y yo amo el árbol madre. No sé si son tus besos o este tripi que me sube. "No tendríamos que haber comido juntas". Todo esto fue un error, uo, todo fue un error. No es hortera, es popular, como la vida misma. Revelaciones, confesiones, discusiones y leones. Que no, en serio, que yo no me meto nada, ni ella tampoco. He comprendido la vida un sábado a las 10 de la mañana esperando junto a otras personas la apertura de puertas de la biblioteca. Es así, oye. Y cambiamos sumando, mientras otros cambian cambiando. Supongo que es la división oficial. Pero yo secuestro almas, para llevarmelas a mi templo. Soy Eva sin comer higos. Reír es mi única ambición, pero no a costa de tus entrañas. Conversé con el Demonio y como que ahora ya ha perdido su encanto... Ver borroso no está tan mal, evitas medusas y pelusas. Mar, el poder del mar. Preparamos los fusiles. La tormenta de arena es azul. Y disparo, pum pum pum, siempre estoy disparando. La vida es una risa dicen por aquí. Jo, tío, ahora el bar Manolo lo llevan los chinos pero los platos combinados siguen desteñidos en el cartel, qué desconcierto, maldito engaño. La mitad de lo que digo es más profundo para un profundo más profundo que yo. Pero no nos engañemos, lo de los fusiles no viene a cuento. VII. Es inevitable contar estrellas y recordarlo continuamente. No tengo casa. Extraño a mamá. La gran ciudad me ha vuelto a perturbar y pervertir, yo que había dejado el juego. Esta vez iré a casinos de lujo y mi compañera de aventuras ya no tiene miedo a las alturas. Efecto acantilado. La soledad es mía y no te la pienso dejar. X, o sea, veinte. Hemos cambiado, hemos errado pero nos queremos. Placer adulto al comer chocolate Valor. Eres Nutella y yo una abuela. Pero el orgasmo está en el gran azul y hacer el muerto. Menuda ironía, tiene gracia. San Crispín.
La otra, La Chinoise de Godard
La otra, La Chinoise de Godard
viernes, 19 de agosto de 2011
Suave, como la primera etapa del camino de Santiago
Hace tanto que no voy al cine o a la filmoteca; añoro la gran ciudad y sus múltiples monstruitos; mi personaje de ficción favorito es Dios; vuelvo a rendir culto a Taylor Momsen; Serge Gainsbourg debe de ser el hombre más envidiado de la historia; mi cama ya no es tan grande y mi ornitorrinco crece por momentos; ayer tiré por un barranco a mi personaje predilecto. Le dije "te mato ahora para que seas consciente en vida de tu fatídico final". Ella, que está en pleno viaje iniciático, ha aprendido ahora a aprovechar su aura mágica para robarles las almas a los vagabundos de la ciudad de la vida. Pero no quiero hablar de ella, ya tiene bastante con existir en mí y en su universo paralelo junto a otras criaturas que son un regalo de Dios para la naturaleza por ahora. Aún tiene mucho que aprender del Diablo. A mí me pasa igual. Estamos majaretas. Tenemos tantos leños que no sabemos como se colocan para que no caiga el montón. Y si no logramos ilusionarnos con cosas cotidianas que te hagan revivir los recuerdos que apreciamos más que el transcurso del presente de nuestra vida, no sabremos dónde buscar la felicidad. Pero algunos se conforman con menos y a mi me parecen idiotas. Hay que ser ambicioso. No hablo de oro, hablo de conocer la belleza, nuestro interior, el ser humano y su relación con el mundo -me están dejando pájara estos profetas/poetas del más allá-. Pocos tienen claro lo que quieren y lo que son, pero lo jodido es que a menos les interesa descubrirlo. ¿Y qué cojones me importan, estos incautos? Que hagan con su vida lo que quieran. Pero luego que no esperen ser la inspiración de nadie a no ser que sea de la señorita mediocridad (aunque ni siquiera a ella le suelen atraer mucho, suele comentarme en nuestras largas charlas a la orilla de una chimenea con una taza de té entre las manos). Esto lo dice una chicuela vulgar que creía no pretender aspirar a diva, mi vecina, tan llena de contradicciones e ironías que a veces me dan ganas de morderle un brazo. Yo sigo buscando la manera de que reine el amor. Y dejo de ser engreída para ser la más austera en la época de los atardeceres que proyectan algo más que la figura de los que los admiran, contienen el infinito, lo más impensable que puedes pensar. He pedido el miedo a la encriptación descencriptada. Ya no me molesta jugar sin sombras, pero sigo siendo amiga de tu sombra en la pared. Un consejo, mira el tiempo en todos los canales posibles (y para los madrileños: dedícate a matar peregrinos).
viernes, 29 de julio de 2011
Tiene que llegar ella para hacer lo que no he hecho yo
Te das cuenta de tu falta de interés por todo cuando no tienes nada que decir. Un pequeño período falta de alas. Tu ausencia te puede asustar, te dejas llevar por la vida sin formar parte de ella. Hace contigo lo que quiere y tú te dejas, por despecho, porque ya no crees en el amor, porque las calles no se mojan de chispas que subieron al cielo con su transparencia. Te gustan los grandes temas, crees como Poe que no hay tema más poético que la muerte de una mujer bella y joven. Pero aborreces el afán por la grandeza, a ti te importa más la grandeza que no establece el juicio universal, sino tu propio juicio, el que tanto te atormenta y a la vez otras veces no parece ser necesario. El hedonismo es tan autodestructivo como los latigazos al alma. Y así eres, te fundes en placeres y desgracias, pero te asusta caer en el limbo de la insignificancia. El vacío se apodera de tu cuerpo, no sabes quién te rescatará, aunque siempre estás en las mismas y suelen ser ellos quién tiran de ti cuando se avecina una explosión. Ser nocturno y poco acostumbrado a decidir ser un mortal más por las mañanas. Dosis de absurdo para aguantar el mundo. Calcetín sucio rociado con perfume francés para disimular la vida. Te refieres al costumbrismo como cáncer cuando ellos lo ven como oasis en un desierto lleno de los mismos. Oh, adoras lo cotidiano, las manías y el transcurrir en sí. Electricidad en las partículas de dios que corretean por los bosques y las murallas de monstruos en forma de edificio. Lideras la paz y contrabandeas con inocencia. Juegas a perder y a que pierdan el rumbo. Locura y Cordura tienen una vida sexual muy activa. Vale más que pienses en atraer las mariposas a tu ser, y que empapen de polen tu cuerpo desnudo, volviendo la piel dorada y agrumada.
domingo, 24 de julio de 2011
The Books of Albion, The Collected Writings of Peter Doherty
Una chica del público bosteza tras Something in the way y acto seguido Kurt habla con Krist de David y Goliath, y Kurt suelta un: era malvado, no era cristiano en absoluto.
jueves, 14 de julio de 2011
Romeo y Julieta no eran de este planeta
Estábamos en Venecia. Marco, nos dijo que se llamaba. Marcel y yo nos habíamos escapado del grupo para poder recorrer las calles a nuestro aire. Louis intentó convencer al resto del grupo para seguirnos pero al ver que nadie tenía interés miró nuestra huida con ojos rabiosos. Y en aquel callejón, donde el agua de un canal ponía la sintonía a la escena, estaba Marco, con su lienzo y su carboncillo en la mano izquierda. A Marcel no le hizo falta una palabra, supo que sería ese anciano de extraña vitalidad en su mirada quien me retrataría sobre aquel blanco roto de la gran libreta que cubría el lienzo. Hablamos con él de literatura. A Marco le gustó saber que Marcel y yo eramos grandes amantes de Poe y Shakespeare. Pero luego empezó a exaltar los grandes escritores italianos que tanto podían aportar a nuestra juventud, decía. Hablaba en italiano pero nos entendíamos bastante bien. Impresionada por su facilidad para crear rápidos retratos callejeros, le pregunté por sus otras pinturas, las que hacía con pincel y paleta. Nos habló de su pasión secreta por el impresionismo francés pero después volvió a alabar los grandes de la pintura renacentista italiana. Eso provocó una sonrisa cómplice entre Marcel y yo. Marco se unió en nuestras risas. Entonces fue cuando Marcel le comentó que estaría encantado de poder ver alguno de sus cuadros. Marco nos propuso subir a su casa señalando una ventana sobre el canal. No pudimos resistirnos. Me encantaron sus paisajes impresionistas pero los retratos eran maravillosos, según él, su gozo era mayor si partía de un rostro de verdad. Y ahí estábamos Marcel y yo, de cuerpo presente, dispuestos a todo en aquel día primaveral. Nos miró con picardía y enseguida supimos que nos pedía a gritos que fuéramos sus musas. Tardaría un buen rato (rato que nosotros no disponíamos, pero eso no nos impidió aceptar al instante). Cuando Louis nos llamó y sentenció con avisar a los carabinieris, Marcel cogió el teléfono de mis manos y lo apagó y nos miramos como si aquel pecado fuese nuestro mayor placer.
[...]
Mientras Marco pintaba caras gozosas de la alegría de un viaje a la belleza de la ciudad de los canales, Marcel tocaba la guitarra junto a él y yo le seguía con cuatro cascabeles. Cantábamos, y lo habíamos fatal, y nos reíamos y Marco también, así, sus caras retratadas eran cada día más risueñas. Habían pasado tres semanas desde la escapada. Vivíamos en aquella ventana sobre el canal con ese vivaracho italiano que decía ser pariente de Rossellini. Marcel y yo decidimos llevar nuestra música a otra parte para probar suerte y aumentar así un poco nuestras riquezas tan escasas por entonces. Marcel se decidió por tocar algo de nuestro apreciado Serrat. Y entonces, un gondolero, que pasaba por allí con dos pelirrojos en su nido de amor, nos sorprendió cantando a pleno pulmón Mediterrano a la italiana. Eso nos sumergió a los tres en una profunda felicidad, y parecía que esa felicidad era permanente durante esas semanas. Cambiamos el lugar por uno un poco más transitado y me di cuenta que había una pequeña librería. Arrastré a Marcel hasta allí pero fue él quien pidió al señor, un hombre gordo y con poco pelo que nos miraba con curiosidad, si tenía alguna antigua edición de Romeo y Julieta. Salimos de allí con un libro de páginas marrones. Fuimos a sentarnos a unas escaleras, Marcel cogió su guitarra y yo leí en voz alta con mi italiano de pacotilla este gran clásico del pasional, fresco y eterno amor. Fue entonces cuando Marcel dijo que mañana iriamos a Verona. Y fue justo allí donde cayó nuestra desgracia.
[...]
No había mucha luz, ya había empezado a caer la noche. Paseamos por la plaza y las calles como si llevásemos trajes medievales. Habíamos dejado aquel lugar para visitar el último: el balcón de la casa de los Capuleto. Nos quedamos hasta que se marcharon los últimos visitantes, que hicieron fotografías desde todas las perspectivas posibles y solo así pudieron marchar satisfechos. No estaba muy alto. Entonces Marcel soltó un "si Romeo pudo trepar hasta allí, nosotros también podremos". Empecé yo con su ayuda. Cuando logré poner un pie dentro me recorrió todo el cuerpo un escalofrío. Pude sentir las ropas largas sobre mis piernas y el corsé sobre mi vientre. Marcel parecía llevar leotardos y camisas anchas visto desde allí arriba. Jugó a ser Romeo y yo su Julieta.
(Acto II- Escena I)
JULIETA: Si te ven, te matarán.
ROMEO: ¡Ah! Más peligro hay en tus ojos que en veinte espadas suyas. Mírame con dulzura y quedo a salvo de su hostilidad.
JULIETA: Por nada del mundo quisiera que te viesen.
ROMEO: Me oculta el manto de la noche y, si no me quieres, que me encuentren: mejor que mi vida acabe por su odio que ver cómo se arrastra sin tu amor.
Entonces Marcel empezó a trepar sin torpeza pero un grito nos alertó de que el juego no iba a durar mucho. Los carabinieris nos llevaron de vuelta a "casa" y ni si quiera pudimos despedirnos del buen Marco.
Romeo y Julieta, Franco Zeffirelli (1968)
[...]
Mientras Marco pintaba caras gozosas de la alegría de un viaje a la belleza de la ciudad de los canales, Marcel tocaba la guitarra junto a él y yo le seguía con cuatro cascabeles. Cantábamos, y lo habíamos fatal, y nos reíamos y Marco también, así, sus caras retratadas eran cada día más risueñas. Habían pasado tres semanas desde la escapada. Vivíamos en aquella ventana sobre el canal con ese vivaracho italiano que decía ser pariente de Rossellini. Marcel y yo decidimos llevar nuestra música a otra parte para probar suerte y aumentar así un poco nuestras riquezas tan escasas por entonces. Marcel se decidió por tocar algo de nuestro apreciado Serrat. Y entonces, un gondolero, que pasaba por allí con dos pelirrojos en su nido de amor, nos sorprendió cantando a pleno pulmón Mediterrano a la italiana. Eso nos sumergió a los tres en una profunda felicidad, y parecía que esa felicidad era permanente durante esas semanas. Cambiamos el lugar por uno un poco más transitado y me di cuenta que había una pequeña librería. Arrastré a Marcel hasta allí pero fue él quien pidió al señor, un hombre gordo y con poco pelo que nos miraba con curiosidad, si tenía alguna antigua edición de Romeo y Julieta. Salimos de allí con un libro de páginas marrones. Fuimos a sentarnos a unas escaleras, Marcel cogió su guitarra y yo leí en voz alta con mi italiano de pacotilla este gran clásico del pasional, fresco y eterno amor. Fue entonces cuando Marcel dijo que mañana iriamos a Verona. Y fue justo allí donde cayó nuestra desgracia.
[...]
No había mucha luz, ya había empezado a caer la noche. Paseamos por la plaza y las calles como si llevásemos trajes medievales. Habíamos dejado aquel lugar para visitar el último: el balcón de la casa de los Capuleto. Nos quedamos hasta que se marcharon los últimos visitantes, que hicieron fotografías desde todas las perspectivas posibles y solo así pudieron marchar satisfechos. No estaba muy alto. Entonces Marcel soltó un "si Romeo pudo trepar hasta allí, nosotros también podremos". Empecé yo con su ayuda. Cuando logré poner un pie dentro me recorrió todo el cuerpo un escalofrío. Pude sentir las ropas largas sobre mis piernas y el corsé sobre mi vientre. Marcel parecía llevar leotardos y camisas anchas visto desde allí arriba. Jugó a ser Romeo y yo su Julieta.
(Acto II- Escena I)
JULIETA: Si te ven, te matarán.
ROMEO: ¡Ah! Más peligro hay en tus ojos que en veinte espadas suyas. Mírame con dulzura y quedo a salvo de su hostilidad.
JULIETA: Por nada del mundo quisiera que te viesen.
ROMEO: Me oculta el manto de la noche y, si no me quieres, que me encuentren: mejor que mi vida acabe por su odio que ver cómo se arrastra sin tu amor.
Entonces Marcel empezó a trepar sin torpeza pero un grito nos alertó de que el juego no iba a durar mucho. Los carabinieris nos llevaron de vuelta a "casa" y ni si quiera pudimos despedirnos del buen Marco.
Romeo y Julieta, Franco Zeffirelli (1968)
jueves, 7 de julio de 2011
Viajando (a escondidas)
Sin que nadie se enterase, conseguí coger su mano y arrastrarla hasta aquel sitio, mi pequeño paraíso. Le expliqué que fue mi lugar predilecto durante las horas libres de estudio aquellos meses que pasé en Florencia. A ella le fascinó la imagen de un joven yo, extraño en aquella bella ciudad, sentado sobre el cemento gastado junto al río Arno, en una plaza de dimensiones pequeñísimas, que sólo tenía acceso por un callejón minúsculo. Me contó que podía intuir un ser embalsamado por aquel paisaje y sus aromas, dejándose llevar por esas letras que siguen una matemática perfecta y fusionándose con la sublimidad de la ciudad y la belleza de los textos (o tal vez era bella la ciudad y sublimes los textos). Entonces sacó algo de su mochila marrón de cuero, me puso en las manos La Divina Comedia y me dijo 'en voz alta'. Nos acomodamos, abrí el libro por el final, la tercera parte, el Paraíso y empecé a leer. Notaba como sus ojos me exigían pasión. Podía sentirla a ella, ahí sentada, pero también sentía a flor de piel la fe milagrosa de Beatrice. De pronto, su mirada cambió de dirección. Una niña de pelo oscuro y ojos muy verdes nos miraba desde el final del callejón. Le hizo un gesto con la mano y la niña se acercó. Yo miraba de reojo y vi como cogió a la niña y la sentó en sus piernas mientras se ponía un dedo en la boca a modo de pedir silencio. Ahora, las dos me miraban y escuchaban con atención. Acabé el párrafo y levanté la mirada. La niña me sonrió, ella la miraba. En un italiano bastante acertado (que me sorprendió, por cierto), le preguntó como se llamaba a la muchachita. 'Marcela', contestó como cantando. La niña me miró a mí y yo le dije que era un nombre muy bonito (mi acento italiano era aún bastante decente). Después Marcela le preguntó a ella en qué idioma estaba escrito ese libro. Cuando obtuvo la respuesta Marcela bajó al suelo de un salto y se despidió con un dulce 'ciao' y una enorme sonrisa.
Fränzi (Marcela) fotografiada por Ernst Ludwig Kirchner
Fränzi (Marcela) fotografiada por Ernst Ludwig Kirchner
sábado, 2 de julio de 2011
Elige tu propia aventura
Le toilette, Henri de Toulouse-Lautrec
I com dos asteroides que han desviat sa ruta
direm que ha estat fantàstic, direm que ha estat sa lluna.
Mi alma se quería escapar y dejar a mi cuerpo vulgar y pesado tirado en el suelo, un suelo sucio y teñido de tinta de calamar, la que se lleva ahora en la gran ciudad, la sociedad es muy de esas cosas. Es tan curioso que esta realidad sea así y no de otra forma. Y es tan misterioso que haya seres que la puedan entender más que otros. Y es tan asombroso que algunos seres decidan acabar con ella arriesgándose a renacer en otra muy distinta. Microlluvia de verano. Prefiero que sea el agua la culpable de tu ausencia que no 36 millas de cemento mal amoldado al suelo terrestre que esconde el ardor de una pelota gigantesca. Lava, lava, lava, erosionan los volcanes y la gente corre aterrorizada. Las trompetas anuncian la llegada del astronauta menos añorado. Los susurros se vuelven insoportables porque se chocan boca y oreja hasta que los dientes no soportan la tentación. Temor cicatrizado. Esto sucedió el verano de los 20 años que pesan más cuando están por venir. Cuando despertaba le dolía la espalda y cuando se pasaba la mano por encima notaba las huellas de dinosaurio. Se teletransportará en medio de una hoguera. Motores vulgares, planetas, Kurt Cobain, hojas amarillas, todo esto y mucho más en la isla de la presunta felicidad, donde padres e hijos muerden manzanas verdes y los amantes cruzan por carreteras haciendo parar de golpe a los conductores de los autos locos. No me preguntéis por mi llegada, es pacífica y sin incidentes. Tengo planes y una habitación muy pasada de rosca. Si hace falta, construiré un nuevo coche volador. Me gusta pensar que lo que he dicho no tiene nada de simbólico y escribo en vano. Construiré bien la escena a prueba de balas para que nadie entre a toquetear nada de lo establecido matemáticamente. El día es bello, la noche sublime, dice Kant. Y es que hoy estoy escribiendo por la tarde. Follem.
viernes, 17 de junio de 2011
Desnuda
Marcel (Hidden Reflection) por Ryan McGinley, obviamente
No hay nada más delicioso que descubrir la poesía de Poe un jueves por la noche después de un terrible dolor de cabeza y haber sentido a flor de piel la lejanía de nuestras almas que se vuelven casi siamesas en la oscuridad de la noche. En mis sueños seré Annabel Lee para que los ángeles me maten muertos de celos. Y tocar el minúsculo trozo de cama sobrante será la prueba definitiva. Durante esta ausencia, en el momento en que nos llenamos de introversión, se nos inunda el alma en una pena líquida, de un naranja grisáceo que podría confundirse con el cielo nocturno de nuestra bella Barcelona. Mi piel se excita con el roce de tus yemas que se mueven como plumas recorriendo mi cuerpo libre de desdicha por entonces. Y me distancio sin querer, vuelvo a caer en mi dulce tragedia y dejo de sentir la tuya, que pocas veces he podido atrapar, tras el ardor de tus ojos. Estoy perdida, nunca fui buena en eso de la orientación. Tengo una ala herida, pero tú me salvas ofreciéndome tu brazo de robot. Hablo de ternura, de la belleza máxima de Saturno y de vivir atrapada en enormes torres hambrientas de mi ser, el reino de la tenebrosa arquitectura. Personas, mundo y vida. Todo es mío y yo solo hago que degustarlo. También permito coger un trozo de mi pastel, pero sin dejar que devoren mi ser, tan vulnerable ante la luna. ¿Puedo hablar de ti?
miércoles, 8 de junio de 2011
Rania de Jordania
Dafne está chiflada, sí, pero también tiene momentos de cordura en los que ni Llamazares a su lado quedaría como un hombretón inteligente. Dice que es hija de Steve Jobs pero yo le echaría más un padre como George Harrison. Un día descubrió, según cuenta, que Robbie Williams es un Sim. Suele dudar de la gente, es fría al principio, por si a caso son extraterrestres. Le fastidia no creer en Dios porque le hubiese gustado ser monja. Los martes por la noche no suele dormir en casa porque dice que hace pociones en pisos de diablos. Le gustan las ruinas. Suele ir a leer al cementerio viejo que hay cerca de la montaña de detrás del piso de Julián. No entiende la televisión. Detesta las crestas de los gallos. Dice que ella nunca tiene la menstruación, que es como Liz Taylor pero con los ojos marrones, pero yo sé que es mentira porque siempre amenaza a sus ovarios con clavarles un cuchillo. Se siente indefensa ante la marea humana almacenada en su piso algún sábado noche. Suele ir fumada a horas intempestivas de la mañana. Te suele mirar para hacer un juicio rápido y lo sentencia con la pregunta más radical que te puedes esperar. Tiene el cabello dorado y siempre se lo tiene que estar apartando de los ojos. Cuenta que la noche después del concierto de MGMT en Lisboa, se tiró a Andrew VanWyngarden en un bosque encantado y las ramas de los árboles les acariciaban durante el acto. El otro día estaba sentada delante mío en el metro, me miró, y fue entonces cuando descubrí todo esto. Por un momento fui ella, fui Dafne y ella lo notó, toma si lo notó, ella quiso que yo fuese Dafne, fui poseída por Dafne. Pero vuelvo a ser yo, fue muy rápido, tanto que nadie de la ciudad subterránea lo notó hasta el momento fatídico. Esa toxicidad que la llevó a tal soledad fue la causante de su viaje a la ultratumba. Vi su vida en fotografías, cuando tendría que haber sido ella quién pudiese gozar de aquella bella película tenebrosa de un alma en pena, sumergida en un mundo que no era el nuestro.
Dreamer of dreams (Edmund Dulac)
Dreamer of dreams (Edmund Dulac)
domingo, 5 de junio de 2011
Píntame, Pierre Auguste
Se planteó tropecientas veces quitar aquel póster, pero nunca lo conseguía. Se rendía, se tiraba de cualquier manera encima de las sábanas azules -si no eran azules no las aceptaba como un buen sitio donde construir sueños nocturnos- y contemplaba las lucecitas propias de su careta de vedette. Cuando se cansaba de las bellas formas que hacía la luz naranjosa en la pared, mandaba su mirada al trocito de aire desaparecido por la llama de una vela -también azul- de olor a mora. Mientras fumaba, escribía con mala letra verdades que luego le parecían mentiras. Entonces, decidía arrugar la última hoja de la libreta -con frambuesas en sus tapas- y tirarla sin furia alguna sobre un suelo frío como su alma arropada por trapos que permitían su libertad corporal. Era la típica imagen de un poeta sumergido en la desdicha. Incluso aquel recogido en el pelo le daba aires masculinos y a la vez un toque femenino que formaba parte de la armonía del cuadro. No se consideraba bella por sus carnes ni por sus ojos en pena, pero intentaba nutrirse de la inquietud de su alma para sentir la belleza a flor de piel. Un papel menos en la libreta, un espacio menos en el suelo de la cueva. No lograría nada esa tarde de domingo, ninguna palabra conseguiría bailar un vals con su compañera de fila. La llama seguía manteniendo líquida su sumisa cera. La ventana empezaba a sembrar las dudas de su relación con los relojes. Pero esta vez, ella tenía la razón, la ventana había ganado la partida y lo oscuro se suele volver rojo.
martes, 31 de mayo de 2011
Sentado en el césped con una corona de cartón brillante
El resto sigue con su programa de sobremesa, las cañas en el bar de abajo, los besos sin pasión, las miradas cómplices cansadas y las luchas desde asientos que ponen el culo cuadrado al unirlo sutilmente con el núcleo ardiente de la Tierra. Así que M ve películas que acentúan su soledad, lee libros que hablan de poetas que toman café con leche, come helados de chocolate y nata en su pequeño balcón mientras no-mira el mundo y luego lo adorna con cuatro pompas. Los domingos pueden ser asquerosos. Pensemos en Cloe, una nueva mirada penetrante y ausente en tiempos oscuros. Me gustas cuando callas porque estás como ausente le susurra algún chico de pelo largo al oído junto al mar, sobre unas rocas verdes. Pero la descripción se hace horrible y la poesía pierde su aroma. Me gustas democracia porque estás como ausente. Creer significa dibujar en el aire. Dibujar en el aire significa amor. Amor significa ojiplático. Ojiplático significa mutante. Mutante significa mortal. Y mortal significa planta. Soy la reina de las plantas carnívoras y he venido a comerte la pierna derecha, no temas, pecador, sin pierna se vive mejor. Tembloteo, tembleque, escalofrío, achííís, hachís y marihuana. No hay nada como las cantimploras azules que saben a azul. El tiempo es oro y los urbanitas van acelerados como si los ríos no fuesen bellos con su flujo constante de agua de celofán. Las merendolas tienen lugar en el cielo de los idiotas. Y las aceitunas van pasando entre la multitud llena de sueños y desengaños. La tristeza es como la tinta de calamar. Lo rojo es muy rojo pero tiene sus matices. El pescado ha dejado de formar parte de mi dieta pero tengo espinas para dar y vender en mi neceser que es amarillo como el cielo dentro de siete días. Todas queremos igualdad y horizontalidad. Todos queremos ser bichos con corbata. Mi hermano da los mejores abrazos del mundo. Y tengo un clavel rojo que le canta sus penas al absenta, condenado a ocho años de prisión en un armario.
RYAN MCGINLEY
RYAN MCGINLEY
miércoles, 25 de mayo de 2011
Pongamos que hablo de Lulú
Cuando deje de abrumarle la realidad, tal vez pueda acercarse a lo que llaman vida de Lulú.
Lulú, la que ya no siente irritación por el peso de aquel predicador descarado.
La que duerme en la gran pecera junto a todos los peces de bigotes largos que no son gambas. La que ya no encontrará la mirada de Napita entre las caras desconocidas. La que espera con cautela y dulzura el roce de sus latidos y los dedos en forma de plumas sobre cuerpos desnudos como teclas de piano. La que lamenta la belleza de dos rostros con dos narices y dos labios que se rozan sin importar si es labio o nariz. La que hizo el recuento equivocado de las rayolas de su habitación y no acertó en cual estaba escondido el tesoro. La que no encuentra las llaves de la nevera que guarda los churros. Ahora más que nunca Lulú da pasos agigantados por callejuelas del barrio de Gracia y no nota las miradas curiosas de los demás hacia su corta melena. Se dirigirá al islote de los muertos y paseará por el cementerio de los jóvenes que aparecieron a orillas del río. Esto no le asusta más que su ser, el que había dado forma al monstruo y ahora intenta volverse mariposa.
No quería hablar de Lulú pero me tiene atrapada, ni la evaporación es efectiva.Y está pasando todo cuando ella es nada. La reconstrucción es inmediata, la arquitectura gótica es su favorita y los castillos de naipes brillan por su ausencia. Una puerta puede convertirte en marciano. Y eso es por lo que Lulú teme a los seres intergalacticos. Se teme a sí misma, metida en esa habitación. Pero entra dentro del plan de secuestro y solución. Hay partes del plan mucho más bellas, pero Lulú prefiere reservarselas para que la sonrisa ante la vida sea más tierna. A Lulú le gusta decir que se llama Lulú. A Lulú le gustan los perros de cara triste y el sonido de las armónicas. Suele adjudicar el me gusta con facilidad, pero pocas cosas le fascinan de verdad. Aunque es un poco mentira ya que le fascina todo y más. "Sin contar con que eso debería fascinarte, es lo más bello de observar" les canta a sus gallinas mientras les reparte migas de pan.
Lulú, la que ya no siente irritación por el peso de aquel predicador descarado.
La que duerme en la gran pecera junto a todos los peces de bigotes largos que no son gambas. La que ya no encontrará la mirada de Napita entre las caras desconocidas. La que espera con cautela y dulzura el roce de sus latidos y los dedos en forma de plumas sobre cuerpos desnudos como teclas de piano. La que lamenta la belleza de dos rostros con dos narices y dos labios que se rozan sin importar si es labio o nariz. La que hizo el recuento equivocado de las rayolas de su habitación y no acertó en cual estaba escondido el tesoro. La que no encuentra las llaves de la nevera que guarda los churros. Ahora más que nunca Lulú da pasos agigantados por callejuelas del barrio de Gracia y no nota las miradas curiosas de los demás hacia su corta melena. Se dirigirá al islote de los muertos y paseará por el cementerio de los jóvenes que aparecieron a orillas del río. Esto no le asusta más que su ser, el que había dado forma al monstruo y ahora intenta volverse mariposa.
No quería hablar de Lulú pero me tiene atrapada, ni la evaporación es efectiva.Y está pasando todo cuando ella es nada. La reconstrucción es inmediata, la arquitectura gótica es su favorita y los castillos de naipes brillan por su ausencia. Una puerta puede convertirte en marciano. Y eso es por lo que Lulú teme a los seres intergalacticos. Se teme a sí misma, metida en esa habitación. Pero entra dentro del plan de secuestro y solución. Hay partes del plan mucho más bellas, pero Lulú prefiere reservarselas para que la sonrisa ante la vida sea más tierna. A Lulú le gusta decir que se llama Lulú. A Lulú le gustan los perros de cara triste y el sonido de las armónicas. Suele adjudicar el me gusta con facilidad, pero pocas cosas le fascinan de verdad. Aunque es un poco mentira ya que le fascina todo y más. "Sin contar con que eso debería fascinarte, es lo más bello de observar" les canta a sus gallinas mientras les reparte migas de pan.
domingo, 22 de mayo de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
Me cuesta respirar la cosa transparente
Y hoy no me apetece ser burguesa, algo va mal (o es distinto).
Estamos perdidos, pirados y pasados. Jugamos a ser hedonistas. Rompemos tuberías que resultan no ser tuberías. Nos gusta en exceso el ser humano y el desorden que debería desesperarnos por no tener gracia alguna, cosa que es mentira. Gusanos, cuchillos, monstruos chirriantes, romanceros con sombrero de copa, ositos de peluche suicidas, bragas, el miembro masculino. M ya ve con más entretenimiento y dedicación el mundo y llora al descubrir una y otra vez lo hermoso que es. Y sonríe al descubrir una y otra vez lo asqueroso que es. Que las chicas malas van a todas partes, y las buenas solo al cielo si es que van me canta Antonio Luque al oído. Las influencias existen (pero no son del todo decisivas). Está todo patas arriba, las almas se han vuelto majaretas. Infancia traumática, tener a Najwa Nimri como hermana, nacer en plena naturaleza, ser un ser socialmente adaptado y tener bajo control la situación comunicativa. Tocarnos el alma con la punta del pie. Ingrid. Necesidad de dejar mi yo por un rato y ver la maldita M tirada en cualquier rincón de su barroca habitación acariciando los gatitos de su libreta nueva para poder decir, qué asco de tía, se cree Federico Moccia y es más kitsch que Jane Austen, seguro que dice que Jennifer López es bonita para llevar la contraria a los hipsters estos de los que no puede escapar. Me asqueo al escribir el blog más narcisista del planeta, pero ya ves, aquí sigo, prometo cambiar de rumbo unos días, aunque solo sea para sentirme mejor. No existe el final feliz, pero el final es lo de menos. Debería sufrir más trastornos, pero no tengo el placer de llegar a la genialidad de los seres divinos. Oh, Afrodita, dulce y maldita Afrodita. Queremos cerveza. Lo dicho, me relajaré un poco. Y pensaré en quitar el póster de Audrey endiamantada de mi caótica, enpedrada y deliciosa habitación porque ella es demasiado bella. Probablemente después de escribir esto me raje una oreja.
Ryan McGinley
Estamos perdidos, pirados y pasados. Jugamos a ser hedonistas. Rompemos tuberías que resultan no ser tuberías. Nos gusta en exceso el ser humano y el desorden que debería desesperarnos por no tener gracia alguna, cosa que es mentira. Gusanos, cuchillos, monstruos chirriantes, romanceros con sombrero de copa, ositos de peluche suicidas, bragas, el miembro masculino. M ya ve con más entretenimiento y dedicación el mundo y llora al descubrir una y otra vez lo hermoso que es. Y sonríe al descubrir una y otra vez lo asqueroso que es. Que las chicas malas van a todas partes, y las buenas solo al cielo si es que van me canta Antonio Luque al oído. Las influencias existen (pero no son del todo decisivas). Está todo patas arriba, las almas se han vuelto majaretas. Infancia traumática, tener a Najwa Nimri como hermana, nacer en plena naturaleza, ser un ser socialmente adaptado y tener bajo control la situación comunicativa. Tocarnos el alma con la punta del pie. Ingrid. Necesidad de dejar mi yo por un rato y ver la maldita M tirada en cualquier rincón de su barroca habitación acariciando los gatitos de su libreta nueva para poder decir, qué asco de tía, se cree Federico Moccia y es más kitsch que Jane Austen, seguro que dice que Jennifer López es bonita para llevar la contraria a los hipsters estos de los que no puede escapar. Me asqueo al escribir el blog más narcisista del planeta, pero ya ves, aquí sigo, prometo cambiar de rumbo unos días, aunque solo sea para sentirme mejor. No existe el final feliz, pero el final es lo de menos. Debería sufrir más trastornos, pero no tengo el placer de llegar a la genialidad de los seres divinos. Oh, Afrodita, dulce y maldita Afrodita. Queremos cerveza. Lo dicho, me relajaré un poco. Y pensaré en quitar el póster de Audrey endiamantada de mi caótica, enpedrada y deliciosa habitación porque ella es demasiado bella. Probablemente después de escribir esto me raje una oreja.
Ryan McGinley
lunes, 9 de mayo de 2011
Resaca de amor dolorsa post SOS 4.8
Medicación que nos traerá problemas, difuso Luke Prirchard, oso panda, un alien, el pudor a la “mierda”, Sr. Chinarro tú por aquí, me desmayo con Jordi Mestre, sauna diurna, gotas en la tienda a la hora de la siesta, Kids, el vecino oso roncador, patillas, pelos y pitillos, el chulazo más chulazo del SOS, mgmt y canciones que duran un suspiro de 12 , Copenhague desde arriba, trenes con paisajes rancios maquillados con algún que otro castillo, el mar, hipensinsibilidad de la vuelta, modernos vip que meten dedos en los ojos, gallinas que bailan, ganas de ser yonki en un mundo rojo para siempre, globitos, anillos aglobados, comer pan, compartir cerveza, música en directo, espadas que pesan, guitarras y flautas, el bailoteo del cantante de los Lori Meyers, palabras divertidas, Murcia que hermosa eres, lavabos que secuestran, el descenso al infierno del cielo llamado cantina, fuck forever, los saludos del pelirrojo Alex, el chulazo Kevin y el tímido y enamorable Sam, estrellas fugaces como diluvios, indies profundos profesionales del arte del vaso en la oreja para bailar electro, dulces sorpresas, el tiempo se ofendió y paró del todo, ya no hace ni un tick, vosotros.
Nostalgia inmediata y crusanes de chocolate para combatir la vida, que es muy puta y hoy me cuesta acostumbrarme. Murcia está en Murcia, chatos, como quien dice en Marte.
Nostalgia inmediata y crusanes de chocolate para combatir la vida, que es muy puta y hoy me cuesta acostumbrarme. Murcia está en Murcia, chatos, como quien dice en Marte.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Si tú me dices ven yo te digo "e no"
VEN-E-NO (lo vais pillando?)
Pequeñas victorias que te da la vida ante grandes derrotas causadas por al barbarie. Poder pasear durante una tormenta primaveral por calles de ensueño. Es luego cuando aparece la tristeza y las drogas que me hubiesen matado y no me hubiesen dejado ser una madurita interesante en el Londres actual. Hablando de mi verdadera y justa vida que Dios me prometió. Pero él es un mentiroso, quizás no, puede que sus promesas sean a contratiempo como las mías, como las nuestras. Todo son pretensiones y apariencias, como tengo ya mostrado y enseñado al mundo. Esto solo es un arma para ligarme a chulazos difíciles de fascinar. Juguemos a ser profundos que a lo mejor casi lo conseguiremos.
Madame Bovary se ha vuelto estúpida.
Se trata de sentir un orgasmo cuando cierras los ojos e imaginas el lugar idílico:
En plena naturaleza salvaje, con una cascada de fondo, pajaritos cantando, la brisa que hace chocar las hojas de los altos árboles que dejan entrever el sol en lo más alto, las florecillas que decoran la alfombra verde y el riachuelo que pone la linea principal a la sintonía. Cuentos chinos y moñadas de universitarias con nombre de actriz porno. El principio no tiene nada que ver con el final, falta fluidez y conclusión en mi cuento. Será que siempre utilizo los mismo recursos para caer en el mismo tema. -asquerosaobsesión- Esa tendencia a convertirme inocentemente en terrorista como en esa película de mi estimado Jean Luc.
Tenemos togas griegas colgadas en el armario, muñequeras de pinchos -porqué soy una punk y tengo un perro con el pelo azul- metidas en cajas con motivos indios, lacitos brillantes y zapatos de mamá. Pero siempre nos da por sacar las medias azules.
Declaración de nudos y finales: mira películas japonesas y fes pop ràpid, fóllate las mentes y canta canciones dels Amics de les Arts, porqué els Manel se los han comido a la plancha, piensa en verde, en los programas de la MTV está la vida y en los bares con el octavo clásico del mes.
Ya sabes que a quien madruga patada en los cojones, -o sino pregúntale al señor alto que anuncia los ferrocarrils que salen de Provença a las 8 de la mañana-
No votes a CiU por el bien de los dos.
Y tras el POP un suspiro de purpurina: muntanyes de suro figures de fang casetes de duro campanes ning nang, és Nadal i tothom duu abrics de terciopelo, -somia el nen pèl-roig de piguetes a les galtes-.
Caminando por el pasillo como si éste fuese una cuerda donde se ven las gradas del circo, me despido desde mi barroco corral.
Pequeñas victorias que te da la vida ante grandes derrotas causadas por al barbarie. Poder pasear durante una tormenta primaveral por calles de ensueño. Es luego cuando aparece la tristeza y las drogas que me hubiesen matado y no me hubiesen dejado ser una madurita interesante en el Londres actual. Hablando de mi verdadera y justa vida que Dios me prometió. Pero él es un mentiroso, quizás no, puede que sus promesas sean a contratiempo como las mías, como las nuestras. Todo son pretensiones y apariencias, como tengo ya mostrado y enseñado al mundo. Esto solo es un arma para ligarme a chulazos difíciles de fascinar. Juguemos a ser profundos que a lo mejor casi lo conseguiremos.
Madame Bovary se ha vuelto estúpida.
Se trata de sentir un orgasmo cuando cierras los ojos e imaginas el lugar idílico:
En plena naturaleza salvaje, con una cascada de fondo, pajaritos cantando, la brisa que hace chocar las hojas de los altos árboles que dejan entrever el sol en lo más alto, las florecillas que decoran la alfombra verde y el riachuelo que pone la linea principal a la sintonía. Cuentos chinos y moñadas de universitarias con nombre de actriz porno. El principio no tiene nada que ver con el final, falta fluidez y conclusión en mi cuento. Será que siempre utilizo los mismo recursos para caer en el mismo tema. -asquerosaobsesión- Esa tendencia a convertirme inocentemente en terrorista como en esa película de mi estimado Jean Luc.
Tenemos togas griegas colgadas en el armario, muñequeras de pinchos -porqué soy una punk y tengo un perro con el pelo azul- metidas en cajas con motivos indios, lacitos brillantes y zapatos de mamá. Pero siempre nos da por sacar las medias azules.
Declaración de nudos y finales: mira películas japonesas y fes pop ràpid, fóllate las mentes y canta canciones dels Amics de les Arts, porqué els Manel se los han comido a la plancha, piensa en verde, en los programas de la MTV está la vida y en los bares con el octavo clásico del mes.
Ya sabes que a quien madruga patada en los cojones, -o sino pregúntale al señor alto que anuncia los ferrocarrils que salen de Provença a las 8 de la mañana-
No votes a CiU por el bien de los dos.
Y tras el POP un suspiro de purpurina: muntanyes de suro figures de fang casetes de duro campanes ning nang, és Nadal i tothom duu abrics de terciopelo, -somia el nen pèl-roig de piguetes a les galtes-.
Caminando por el pasillo como si éste fuese una cuerda donde se ven las gradas del circo, me despido desde mi barroco corral.
martes, 3 de mayo de 2011
Tocan a misa
Es muy sencillo todo, lo único que se me escapa de las manos es su misterio, la complejidad de lo que puedes considerar sencillo a primera vista y juntamente como sentencia final. Pero no deja de ser sencillo y complejo, qué movida. Haré una minilista del momento de lo más natural y fantástico a la vez: vivir en frente de la Sagrada Familia, compartir pensamientos con personas que pueden casi considerarse números primos, la magia del cine, el Pau y el Albert, el humor, la resaca (de cuerpo y alma), revivir lo ocurrido para proyectar casitas de papel en el mañana, Kurt Cobain, sentirme francesa sin tener ni idea de francés, el ingenio ajeno,los besitos de buenas noches, tener solamente clase de literatura mañana, la hipersensibilidad destructivamente tóxica, el pasotismo, los chicos relativamente guapotes, la tontería que nos ciega cuando debería indignar, uy, esta última se me ha colado, no se acepta como buena.
Conrad Roset
Estoy la mar de contenta, oye. Y se lo hago saber al mundo para poder contagiar esa felicidad un poco, a poder ser. Es que las pretensiones nos inundan, al igual que los castillos mal planificados y lo único que nos puede reconfortar es que no estamos solos en esta lucha y fascinación por la vida. Pero como dijo Kurt seis meses antes de morir “Sólo espero no llegar a ser tan feliz que me convierta en un aburrido. Supongo que siempre seré lo bastante neurótico como para hacer alguna cosa rara”. Dicho esto, dicho todo, hoy empieza lo que habíamos dejado para el mes pasado o hace tropecientos años.
Conrad Roset
Estoy la mar de contenta, oye. Y se lo hago saber al mundo para poder contagiar esa felicidad un poco, a poder ser. Es que las pretensiones nos inundan, al igual que los castillos mal planificados y lo único que nos puede reconfortar es que no estamos solos en esta lucha y fascinación por la vida. Pero como dijo Kurt seis meses antes de morir “Sólo espero no llegar a ser tan feliz que me convierta en un aburrido. Supongo que siempre seré lo bastante neurótico como para hacer alguna cosa rara”. Dicho esto, dicho todo, hoy empieza lo que habíamos dejado para el mes pasado o hace tropecientos años.
jueves, 28 de abril de 2011
La leche de Vic emborracha, te lo digo yo
En ese universo paralelo todo y nada tiene sentido. Descubres que tenéis el mismo fondo, la esencia. Excitante fase 1. Indagas por los caminos laberínticos por si a caso puedes encontrar una mano que te acompañe en el trayecto. Esta es la revoltosa fase 2. Encuentras un lazarillo. Creer en algo depende de la vida y de como se presenta ella misma. Nadie te asegura que mañana no se te aparezca Dios y te mande a un convento o que caigas en un bovarismo profundo a causa de una frustración que ni si quiera tenías presente hace dos días. Aquí tenemos la fascinante fase 3. Ahora debería venir la bella fase 4... la que tú ya has experimentado y con la cual yo he podido disfrutar del brillo de tus ojos, querida.
jueves, 21 de abril de 2011
Inocencia
-Te incomoda que te mire así, fijamente?
-No.
-No tardará mucho en llegar.
-Bien. Igual no tengo prisa.
-¿Qué te gustan, los hombres, o las mujeres?
-Hahaha, ¿por qué me preguntas eso?
-¿No debería?
-No, sí, sí... Pues las mujeres. ¿Cuantos años tienes?
-Tengo diecinueve.
-¿Has tenido algún novio?
-No, ninguno.
-¿Por qué?
-Porque no me ha gustado nadie lo suficiente.
-Pero habrás tenido pretendientes, seguro.
-Sí. Pero o eran tontos, o demasiado buenos, o poco sexys, o... se cansaban de mi juego pensando que pecaba de estupidez e inocencia.
-Eres malvada.
-Un poco. Pero algunos de ellos lo eran más.
-Y lo de los últimos... ¿duele?
-Mucho.
-Yo no creo que seas una chica inocente.
-Vaya. A Kurt le gustaba la inocencia. ¿Qué es lo que me hace carecer de inocencia?
-Que sabes el porqué de ese dolor.
-¿Y no se puede recuperar?
-Por mucho que lo intentes y te aferres a ella, lo único que puedes conseguir es que los que no saben cómo leerte piensen que la tienes. A lo mejor eso es lo que pretendes.
-Esos no me interesan.
Llegó papá y el señor de la americana azul desapareció junto a él tras esa inmensa puerta de la oficina. Grace se puso bien el vestido de topitos rojos y salió a leer una revista de moda a la terraza. No tardó en echar una mirada triste al gran hormiguero que correteaba por la ciudad gris.
-No.
-No tardará mucho en llegar.
-Bien. Igual no tengo prisa.
-¿Qué te gustan, los hombres, o las mujeres?
-Hahaha, ¿por qué me preguntas eso?
-¿No debería?
-No, sí, sí... Pues las mujeres. ¿Cuantos años tienes?
-Tengo diecinueve.
-¿Has tenido algún novio?
-No, ninguno.
-¿Por qué?
-Porque no me ha gustado nadie lo suficiente.
-Pero habrás tenido pretendientes, seguro.
-Sí. Pero o eran tontos, o demasiado buenos, o poco sexys, o... se cansaban de mi juego pensando que pecaba de estupidez e inocencia.
-Eres malvada.
-Un poco. Pero algunos de ellos lo eran más.
-Y lo de los últimos... ¿duele?
-Mucho.
-Yo no creo que seas una chica inocente.
-Vaya. A Kurt le gustaba la inocencia. ¿Qué es lo que me hace carecer de inocencia?
-Que sabes el porqué de ese dolor.
-¿Y no se puede recuperar?
-Por mucho que lo intentes y te aferres a ella, lo único que puedes conseguir es que los que no saben cómo leerte piensen que la tienes. A lo mejor eso es lo que pretendes.
-Esos no me interesan.
Llegó papá y el señor de la americana azul desapareció junto a él tras esa inmensa puerta de la oficina. Grace se puso bien el vestido de topitos rojos y salió a leer una revista de moda a la terraza. No tardó en echar una mirada triste al gran hormiguero que correteaba por la ciudad gris.
domingo, 17 de abril de 2011
La realidad
Derrocho un optimismo repugnante contagiada por bellas personas que me han aportado grandes cosas estos últimos días. Sorpresas estupendas que desaparecen al ritmo que aparecieron. Refuerzos a lo que ya había intuido. Nuevas cosas descubiertas. Dulce renacimiento. Me estoy moldeando y creo que no estoy del todo mal. Aunque soy jodidamente asquerosa y eso me encanta. Sí, ya, siempre hablando de lo que soy, lo que me gusta, lo que no, lo que querría ser... Pero como hemos cambiado, como me dijo una persona bella. Y ahora me baso en un presente, en un presente de pasado y en un presente de futuro. ÉL tiene razón y punto, llámame influenciable, dime que no tengo misterio alguno, pero tú y yo sabemos que no hay una aportación de esas válida. Creo que voy a parir, el crío está en camino. Con esto lo digo todo. Justamente cuando me doy cuenta de lo complicado que llega a ser encontrar el inalcanzable todo. Pero yo con pequeñitas cosas me siento muy bien.
De repente, un suceso trascendente cambia el curso de mi discurso. Uh, con lo tranquilita que yo estaba. Lo que mis papis no saben es que me gusta el ser humano por encima de todo, y no solo los chicos. Tampoco saben que seré mochilera y recorreré Europa en pantalones cortos. La ciudad es mi hábitat. Pero mi vida paralela está bajo la sombra de un roble a pocos metros de ellos pero sumerjida en mi soledad.
Todavía practico el escapismo pero soy más moderada. Además no pienso renunciar a futuros planes en playas vírgenes junto a otro escapista. Aunque intentaré implicarme más en la vida palpable. Y no debería ser la única, señores escapistas cansados de serlo tan plenamente, uníos a la filosofía de al límite, tan costosa y dulce a la vez. Dulce es este momento, explosiva será esta noche. Tras soñar que tres bombas atómicas se cargaban el planeta, y leones y elefantes correteaban asustados por un bosque, me he despertado con una sonrisa enternecedora que ha saludado al sol como si ayer no hubiera sido su íntima amiga la luna.
lunes, 4 de abril de 2011
Los domingos son para ir descalzo
Conrad Roset (Cosas íntimas)
"Dos caras sin expresión alguna, adulteras como Madame Bovary, esquivar piedras y mancharse las zapatillas del barro de la lluvia de ayer, es del paseo por el bosque, el exilio de la bella y catastrófica ciudad. Rituales oscuros en castillos en ruinas, donde la sangre es granadina y las barbies decapitadas las protagonistas. Truhanes, crápulas, engreídos y pedantes, sus cabezas arderán. Has de ser más rápida y lista que tu propia mente para evitar confusiones y nutrirla de mentiras que eviten verdades desastrosas. Así, leeremos artículos de la wikipedia sobre Juana de Arco y Teotihuacan como forma de escapismo y distracción momentánea."
Eso es lo que me gusta a mí, que Willy me dijera estas cosas. Aunque ya no esté y no pueda escuchar sus palabras precisas y con el sentido impreciso, puedo jugar a ser Willy. De eso se trata, un personaje más de mi cuento, mi vida. Complejidad innecesaria, dice uno de ellos. Complejidad golosa, dice otro.
Soy la princesa que tira su melena por la ventana para ayudar al príncipe a subir, soy el monstruo con dientes divertidos que come piernas claramente de plástico, soy el amigo hipster del protagonista, soy la clásica pasota que nunca se enamora y al final cae como una mosca, soy la reina del baile estúpida y con una manicura perfecta, soy el unicornio chalado que le dice al otro que no salte por encima del arcoíris, y soy Justin Bieber prometiéndole amor eterno a Macaulay Culkin.
Es un problema ser tantas cosas a la vez sabiendo que eres una minúscula partícula en un universo gigante. Vivo con miedo de abrirle la puerta a un nuevo personaje y que me salude con una bofetada y se acabe el mundo. Hola, soy M, me gustan los castillos y no estoy loca, bueno sí, como todos, y no intento ser la más friki, bueno sí, como todos. El talento y el narcisismo en que vivo sumergida no me deja hablar de los demás. Pero no me culpo por ello, yo guardo muchos personajes en este cuerpecito mío y lo sé, por eso te lo explico. Y supongo que tú no lo sabes aún, y probablemente no te interese descubrirlo, pero te gusta decir que eres bipolar, loco, friki y caótico. Resulta que la final no voy a ser tan egocéntrica. Realmente lo que más me interesa del cuento son los personajes. Y el principal no siempre es el más interesante para todos. Aunque yo suelo enamorarme profundamente de él. No me lo tengáis en cuenta, es primavera y hay un póster de Jon Kortajarena justo delante de mi casa. Jony la gente está muy loca.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Mundo tóxico
Mmm.... ¡Qué bueno está! Es tan dulce... delicioso. No había probado un cupcake tan aterciopelado en mi vida. Olía a azúcar, sonaba esa dichosa canción, y la silla era muy cómoda además de mona. A pocos metros de mi había una niña con dos trencitas que me miraba fijamente. Le saqué la lengua y ella me devolvió la jugada. Su cupcake era rosa, muy rosa. Luego él, tan simpático y pelirrojo como siempre, me guiñó un ojo a modo de despedida.
Solía ir mucho por allí, de hecho, cada día caía por allí un rato o otro. Desde que había probado ese cupcake no podía elegir otro. Tenía un aspecto extraño, un color verdoso oscuro poco agraciado, ya imaginareis que no era visualmente el más bonito. Siempre que llegaba, fuese la hora que fuese, solo quedaban dos de esos. Un día le pregunté al chico pelirrojo el misterio de los dos cupcakes verdochos. Me dijo que no es que siempre quedasen dos, es que siempre hacía únicamente dos. Uno de los cuales solía ser mi desayuno o mi primera merienda, o mi segunda merienda, o mi tercera. (Sí, soy muy de merendar como podéis comprobar). Y que pasaba con el otro? No se me atreví a preguntárselo. Me empecé a montar historias y solo podía ser algo de así:
a) lo tiraba a la basura porque ya estaba rancio
b) tenía una obra de arte montada en casa con todos los cupcakes verdochos a modo de pirámide
c) se lo daba para cenar a su gato gordinflón
d) mi media naranja venía a comprarlo cada día justo antes de que cerraran la tienda
e) lo destruía con una pistola de rayos láser y así satisfacía su faceta menos cariñosa
f) todas las opciones anteriores son correctas dependiendo del ciclo lunar
Así que un viernes me quedé hasta muy tarde. En el pequeño local ya solo quedábamos él, yo y la cocinera (que tarareaba una canción desde los fogones). Yo hacía que me ponía la chaqueta con mucha tranquilidad para exprimir hasta el último momento. Entonces cuando ya me daba por vencida y me dirigía hacia la puerta... él cogió el cupcake y.... ¡¡¡le pegó un gran mordisco!!! Entonces me marché con una gran sonrisa en la cara y con su guiño de ojo habitual por fin se pudo librar de mí.
No fallaba ningún día a mi cafetería favorita, y el ratito de felicidad que me proporcionaba ese dulce era la gran sensación del día. Fue justo hace una semana cuando al llegar, mis ojos buscaron entre pastelitos de vainilla, limón, y frambuesa (éstos últimos eran mis anteriores favoritos), pero no encontraron los verdochos. Me miró con una sonrisa forzada y me advirtió que no los encontraría. Había dejado de comprar el ingrediente mágico y sentenció diciendo que ya no haría más de esos horribles pero golosos cupcakes. Le eché una mirada mortífera que no la rehuyó ni un tierno "lo siento". No he vuelto a esa cafetería, ni si quiera a comprar los cupcakes de frambuesa que tanto me habían gustado en su día. Desde entonces, meriendo churros.
Solía ir mucho por allí, de hecho, cada día caía por allí un rato o otro. Desde que había probado ese cupcake no podía elegir otro. Tenía un aspecto extraño, un color verdoso oscuro poco agraciado, ya imaginareis que no era visualmente el más bonito. Siempre que llegaba, fuese la hora que fuese, solo quedaban dos de esos. Un día le pregunté al chico pelirrojo el misterio de los dos cupcakes verdochos. Me dijo que no es que siempre quedasen dos, es que siempre hacía únicamente dos. Uno de los cuales solía ser mi desayuno o mi primera merienda, o mi segunda merienda, o mi tercera. (Sí, soy muy de merendar como podéis comprobar). Y que pasaba con el otro? No se me atreví a preguntárselo. Me empecé a montar historias y solo podía ser algo de así:
a) lo tiraba a la basura porque ya estaba rancio
b) tenía una obra de arte montada en casa con todos los cupcakes verdochos a modo de pirámide
c) se lo daba para cenar a su gato gordinflón
d) mi media naranja venía a comprarlo cada día justo antes de que cerraran la tienda
e) lo destruía con una pistola de rayos láser y así satisfacía su faceta menos cariñosa
f) todas las opciones anteriores son correctas dependiendo del ciclo lunar
Así que un viernes me quedé hasta muy tarde. En el pequeño local ya solo quedábamos él, yo y la cocinera (que tarareaba una canción desde los fogones). Yo hacía que me ponía la chaqueta con mucha tranquilidad para exprimir hasta el último momento. Entonces cuando ya me daba por vencida y me dirigía hacia la puerta... él cogió el cupcake y.... ¡¡¡le pegó un gran mordisco!!! Entonces me marché con una gran sonrisa en la cara y con su guiño de ojo habitual por fin se pudo librar de mí.
No fallaba ningún día a mi cafetería favorita, y el ratito de felicidad que me proporcionaba ese dulce era la gran sensación del día. Fue justo hace una semana cuando al llegar, mis ojos buscaron entre pastelitos de vainilla, limón, y frambuesa (éstos últimos eran mis anteriores favoritos), pero no encontraron los verdochos. Me miró con una sonrisa forzada y me advirtió que no los encontraría. Había dejado de comprar el ingrediente mágico y sentenció diciendo que ya no haría más de esos horribles pero golosos cupcakes. Le eché una mirada mortífera que no la rehuyó ni un tierno "lo siento". No he vuelto a esa cafetería, ni si quiera a comprar los cupcakes de frambuesa que tanto me habían gustado en su día. Desde entonces, meriendo churros.
domingo, 27 de marzo de 2011
lunes, 14 de marzo de 2011
Declaración de amistad
Aquesta és la historia d'una noia que sempre té ullets de son.
És d'aquelles persones que sempre vols abraçar.
Sota la seva feblesa aparent, hi ha una activitat admirable i interminable.
No vol fer cap mal a ningú i sempre està disposada a oferir tot el que té.
Repartir amor és el seu joc preferit. Està repleta d'amor.
Però, a vegades s'oblida d'ella mateixa.
I no sap on ha deixat les claus del seu petit gran univers.
Però sempre les acaba trobant en qualsevol butxaca.
No es deixa transparentar el primer dia, ni el segon, ni el tercer.
Has d'arribar a casa seva obrint més d'una porta.
Però quan arribes pots sentir-te com a casa.
Algú li hauria de dir més sovint que és una persona bonica.
Potser així aconseguiríem que aquest amor pels altres arribés a ser la seva fortalesa.
Tot i que potser ja ho és ara.
La ventada d’amor arriba a mi quan veig la felicitat al seu rostre.
I la seva sensibilitat es converteix en la meva i som dos niñas desorientadas.
Jo sóc el monstre que s’amaga sota el llit i vol la seva sang, però només si parlem de somnis.
No et preocupis, la nit no es fosca.
Y todas las promesas de mi amor se irán contigo.
Dolços somnis, dolça víctima.
És d'aquelles persones que sempre vols abraçar.
Sota la seva feblesa aparent, hi ha una activitat admirable i interminable.
No vol fer cap mal a ningú i sempre està disposada a oferir tot el que té.
Repartir amor és el seu joc preferit. Està repleta d'amor.
Però, a vegades s'oblida d'ella mateixa.
I no sap on ha deixat les claus del seu petit gran univers.
Però sempre les acaba trobant en qualsevol butxaca.
No es deixa transparentar el primer dia, ni el segon, ni el tercer.
Has d'arribar a casa seva obrint més d'una porta.
Però quan arribes pots sentir-te com a casa.
Algú li hauria de dir més sovint que és una persona bonica.
Potser així aconseguiríem que aquest amor pels altres arribés a ser la seva fortalesa.
Tot i que potser ja ho és ara.
La ventada d’amor arriba a mi quan veig la felicitat al seu rostre.
I la seva sensibilitat es converteix en la meva i som dos niñas desorientadas.
Jo sóc el monstre que s’amaga sota el llit i vol la seva sang, però només si parlem de somnis.
No et preocupis, la nit no es fosca.
Y todas las promesas de mi amor se irán contigo.
Dolços somnis, dolça víctima.
viernes, 11 de marzo de 2011
sábado, 26 de febrero de 2011
Y así es como se quedó sin caldo la sopa de Marie
Buscaremos en la casa encantada y cuando encontremos el libro mágico nos fugaremos muy lejos con tu descapotable de los sesenta, siendo más franceses que los propios franceses. Encontraremos madera suficiente para montar una casita en medio del bosque y tendremos preparadas toneladas de cerillas. No haremos caso a ningún oso. Las cometas de la playa más cercana se enredaran entre las ramas de nuestros árboles. Algún muchachillo vendrá a buscar su cometa y yo le diré que ahora es mío y que se marche antes de que le diga a mi pez de dos cabezas que le escupa líquido verde. Te llamaré para el café cuando tú estés subido al árbol más alto. Cantaremos canciones como susurros y tú les darás ritmo con tu armónica y tu ukelele, mientas yo les daré pasión con mi danza hawaiana-country. Nos enfadaremos porque se habrán agotado las cerillas y yo te odiaré por fumar tanto. Tirarás tu ukelele con fuerza y yo me marcharé con el pez metido en una bolsa de plástico.
Entonces, nos veremos por la Rambla de Barcelona y no haremos ni caso al acompañante de nuestro lado porque lo único que seguirán nuestros ojos serán nuestras miradas. Ellos no se darán cuenta y continuaremos andando tras sonreirnos como si de pronto todo se hubiese vuelto ramas y verde.
sábado, 12 de febrero de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
Ciclos: nuevas luces
Encontré rápidamente a Sirius, la estrella de los tripis, y pensé en lo bello que es el universo. Cerré los ojos por un instante. Estaba sola, con el ruido lejano de una ciudad por descubrir, en un terrado donde solo los satélites del Google Earth me pueden ver. Mi alma estaba inquieta. Vi una estrella fugaz, siempre me pongo muy contenta cuando veo alguna. Creo que en ese momento no me hubiese importado el tamaño de sus ojos. Pero eran pequeños... como a mi solían gustarme. No fue eso lo que le delató, sino el punto de luz naranja de su cigarro. Me sentía protegida por el muro que separa un terrado del otro. Me convertí en una ladrona vestida de negro con un pasamontañas. Pero no puede evitar mantener la mirada apreciando su silueta. No necesitaba otro engreído que su fama era su primer y atropellante objetivo, esos que me volvían loca con sus palabras bonitas. Él sería mi próximo objetivo. Lo decidí al instante. Alguien que había subido desde el segundo, sí, porqué no, hasta un terrado con vistas una de las maravillas de la ciudad. Y para fumarse un cigarro en la oscuridad de la noche contaminada. Quizá buscaba Sirius. Seguro. Pero todavía no sabía que quedaba al otro lado de donde la estaba buscando, justo detrás de mi. No me dio tiempo a mirar a otro lado cuando nuestros ojos se encontraron. Al principio me miró como ladrona vestida de negro. Pero cuando le sonreí me devolvió la sonrisa más tierna que había visto en semanas. Tú aún no lo sabes pero... me salvará de ti.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Ciclos: desamor
Me creas inestabilidad y dudas. Ahora contigo me siento débil y pequeña. Te quiero, eso no lo dudes. Me gustas, porque me has pedido que me vaya a vivir contigo, porque eres el más sexy del escenario y el más tierno al bajar, porque me dejas tocar tus tatuajes sin pedirme sexo a cambio. Pero hay un problema, tú necesitas orden y yo no te lo puedo dar. Es aquí donde una relación se rompe, cuando la exigencia de uno al otro daña al agresor. Es un bucle entre agresor y víctima, no en el sentido físico, sino en el psicológico. Tú me pides que sea racional, que actúe como una persona madura, dudas de mis criterios y me llamas egoísta. Y yo te explico que puede que necesite un egoísta a mi lado, alguien que comparta mi desorden y despreocupación. Entonces me dices que soy una ilusa por creer en los príncipes azules. Pero yo seguiré pensando que ese es el motivo de una relación equilibrada y nadie me demostrará que no puede existir tal compenetración. Los insultos y los arañazos ya habían llegado en los altibajos de nuestra corta trayectoria. Ahora tocan las lágrimas tristes y no rabiosas. Nos damos cuenta de que esto puede que se esté acabando. Tú te niegas profundamente. Yo veo la opción de desaparecer de tu piso, el que iba a ser nuestro piso, cada vez más cerca. Lo intentamos, fuimos valientes. Ahora volveremos a ser valientes. Y antes de marchar me fundiré en tus brazos llenos de lágrimas que recorren tu cuerpo y el mío. Me gustabas... entero.
The wanderers
(por exit deer)
The wanderers
(por exit deer)
viernes, 28 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
Lola
Había empezado a practicar el escapismo.
Las cosas por aquellas tierras no habían ido del todo bien, por eso decidió empezar a ser quién quería ser. Destino: Barcelona. Le había costado mucho encontrar una familia, en el orfanato no le habían repartido mucho amor. Cat era su hermana cabeza loca que conoció en el lavabo de un antro y surgió el amor a base de compartir camello. Y Magda, su abuela, vecina de rellano, una señora muy guapa que en su juventud fue bailarina y tras la muerte de su único amor, jamás había querido a otro hombre, de película.
Su segunda escapada: París. Fueron un par de semanas intensas. La causa: una terrible confusión del alma. Acabó solucionándolo, más o menos, en un paisaje desconocido y bello con la agradable compañía de alguien que observó los hechos con empatía. Pero volvió a casa, por Magda y sobretodo por Cat. Además, quería volver a entrar descalza en casa de los francesitos y sentarse en el sofá mientras uno tocaba el piano y el otro ordenaba sus fotografías de más triste a más eufórica. Ellos habían comprendido su huida a París, le habían enseñado toda lo bello que conocían en una casita del sur de Francia, y sabían que eso traería consecuencias.
Todo seguía como lo había dejado. Volvía a trabajar como una loca haciendo cafés (con amor) por las mañanas y llegando tarde a las clases de fotografía tras comer acelerada cualquier especialidad de pasta. Los ciclos de cine por las noches con el vecino gafapasta eran un respiro de este mundo cínico.
domingo, 9 de enero de 2011
Quema, quema, quemaaaa!!!!
-Pues quita el dedo de ahí, idiota.
Aquella fatídica noche de sabor agridulce me dejó una chispita que se enciende de vez en cuando dentro de mi sistema cardiovascular y no deja pasar substancias a ninguna parte de mi cuerpo sin antes haberme jodido un rato. No debería estar tan dispersa, distrayéndome en cualquier momento, intentando buscar el guiño adecuado y blabla. Me miento y miento a los demás, menos a ella, que sabe lo que pasa por mi cabecita, se lo confesé una noche lejana a aquella. Disimulo fatal, lo sé. Estoy mejorando mis dotes como actriz. Lo digeriré, no tengo ganas de andar lloriqueando. Y me aprovecharé de lo que pueda, sin que eso suponga mover una ficha para atrás. La linea está difusa. Me irritaré por otras cosas. Una buena visión de futuro nunca puede faltar. ¡Ups! he dicho la palabra mágica... espero que las letras la sepan camuflar.
Aquella fatídica noche de sabor agridulce me dejó una chispita que se enciende de vez en cuando dentro de mi sistema cardiovascular y no deja pasar substancias a ninguna parte de mi cuerpo sin antes haberme jodido un rato. No debería estar tan dispersa, distrayéndome en cualquier momento, intentando buscar el guiño adecuado y blabla. Me miento y miento a los demás, menos a ella, que sabe lo que pasa por mi cabecita, se lo confesé una noche lejana a aquella. Disimulo fatal, lo sé. Estoy mejorando mis dotes como actriz. Lo digeriré, no tengo ganas de andar lloriqueando. Y me aprovecharé de lo que pueda, sin que eso suponga mover una ficha para atrás. La linea está difusa. Me irritaré por otras cosas. Una buena visión de futuro nunca puede faltar. ¡Ups! he dicho la palabra mágica... espero que las letras la sepan camuflar.
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