Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



domingo, 6 de febrero de 2011

Ciclos: nuevas luces


Encontré rápidamente a Sirius, la estrella de los tripis, y pensé en lo bello que es el universo. Cerré los ojos por un instante. Estaba sola, con el ruido lejano de una ciudad por descubrir, en un terrado donde solo los satélites del Google Earth me pueden ver. Mi alma estaba inquieta. Vi una estrella fugaz, siempre me pongo muy contenta cuando veo alguna. Creo que en ese momento no me hubiese importado el tamaño de sus ojos. Pero eran pequeños... como a mi solían gustarme. No fue eso lo que le delató, sino el punto de luz naranja de su cigarro. Me sentía protegida por el muro que separa un terrado del otro. Me convertí en una ladrona vestida de negro con un pasamontañas. Pero no puede evitar mantener la mirada apreciando su silueta. No necesitaba otro engreído que su fama era su primer y atropellante objetivo, esos que me volvían loca con sus palabras bonitas. Él sería mi próximo objetivo. Lo decidí al instante. Alguien que había subido desde el segundo, sí, porqué no, hasta un terrado con vistas una de las maravillas de la ciudad. Y para fumarse un cigarro en la oscuridad de la noche contaminada. Quizá buscaba Sirius. Seguro. Pero todavía no sabía que quedaba al otro lado de donde la estaba buscando, justo detrás de mi. No me dio tiempo a mirar a otro lado cuando nuestros ojos se encontraron. Al principio me miró como ladrona vestida de negro. Pero cuando le sonreí me devolvió la sonrisa más tierna que había visto en semanas. Tú aún no lo sabes pero... me salvará de ti.

3 comentarios:

Lara dijo...

los momentos quietos en lo alto del edificio en la oscuridad a horas que todo el mundo duerme (o no) dan paz y lugar a la imaginación. me gusta!

Angie dijo...

me gustan las inspiraciones de madrugada

Gertrudis Pi dijo...

La foscor... cada vegada m'agrada més.
Mirant les estrelles fins i tot et pots arribar a col·locar.