Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



sábado, 7 de abril de 2012

Santa paciencia

Somos todos muy jipis.

No lo voy a negar, me gustan los judíos y su afán por dominar el mundo. Esto segundo me la repampinfla y a Adam Green también. El pseudointelectualismo me aburre pero es una plaga menor. El intelectualismo me agobia pero en días impares de meses oscuros dejo que pasen a mi comedor a contarme un cuento iraní. Soy mujer, lesbiana, negra, comunista y judía. Más quisiera. Me llamo Pedro. Soy profesor y además trabajo en un medio de comunicación muy dado a la vida moderna, con manipulaciones y eso. Vamos, todo un peligro. En realidad estoy mintiendo. Lo hago mucho. Soy estudiante de... ejem... humanidades. A veces entro en la típica fase en que odias a la sociedad pero lo llevo bastante bien desde que me compré una escopeta. Ser urbanita tiente telita. Lo jodido del que no se enamora y sólo tiene la amistad como valor fundamental es que los amigos se enamoran y adoptan un nuevo valor fundamental. Vamos, que te quedas más solo que la una. Pero eh, que yo no creo en el amor, soy hermafrodita y ya me lo hago todo yo solica. La miopía gana seguidores. Mamá, no te preocupes por la insignificancia de la religión a estas alturas, tenemos el fútbol. Mata tus ídolos dicen algunos. Pues no, de algo hay que vivir. Los hooligans son la polla. No es mejor un ateo que un creyente. Y los agnósticos a la hoguera, indecisos de los cojones. Que nos creemos dioses a falta de creer en ellos y pecamos de ego. La ambición tendría que ser humana y no económica, la fama... una mierda. Falta radicalismo, ai, que hemos entendido mal el concepto pacifista. No podemos volver a estar bien, como antes, hay que construir algo nuevo y sacrificar nuestras excentricidades. Llego tarde para ser amante de Janis Joplin, joder. Últimamente no hago más que pensar en lugares estratégicos donde pasar la tercera guerra mundial. Que tiren bombas a los peces gordos otros hermanos. Yo me dedicaré a buscar pequeños paraísos sedientos de carne humana a causa de su virginidad. Siempre me empeño en eso, será porque aún no he encontrado un hogar. Y el patriotismo, una mierda también. Y hablando de mí, sólo pienso tonterías, sí, muy cabreada con el mundo pero hoy estoy más cabreada conmigo misma. Que a veces voy dando lecciones a las almas perdidas y soy la primera en olvidarme de poner la comida al perro. Dios bendiga los perros peludos.