Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



sábado, 26 de febrero de 2011

Y así es como se quedó sin caldo la sopa de Marie

Buscaremos en la casa encantada y cuando encontremos el libro mágico nos fugaremos muy lejos con tu descapotable de los sesenta, siendo más franceses que los propios franceses. Encontraremos madera suficiente para montar una casita en medio del bosque y tendremos preparadas toneladas de cerillas. No haremos caso a ningún oso. Las cometas de la playa más cercana se enredaran entre las ramas de nuestros árboles. Algún muchachillo vendrá a buscar su cometa y yo le diré que ahora es mío y que se marche antes de que le diga a mi pez de dos cabezas que le escupa líquido verde. Te llamaré para el café cuando tú estés subido al árbol más alto. Cantaremos canciones como susurros y tú les darás ritmo con tu armónica y tu ukelele, mientas yo les daré pasión con mi danza hawaiana-country. Nos enfadaremos porque se habrán agotado las cerillas y yo te odiaré por fumar tanto. Tirarás tu ukelele con fuerza y yo me marcharé con el pez metido en una bolsa de plástico.

Entonces, nos veremos por la Rambla de Barcelona y no haremos ni caso al acompañante de nuestro lado porque lo único que seguirán nuestros ojos serán nuestras miradas. Ellos no se darán cuenta y continuaremos andando tras sonreirnos como si de pronto todo se hubiese vuelto ramas y verde.

domingo, 6 de febrero de 2011

Ciclos: nuevas luces


Encontré rápidamente a Sirius, la estrella de los tripis, y pensé en lo bello que es el universo. Cerré los ojos por un instante. Estaba sola, con el ruido lejano de una ciudad por descubrir, en un terrado donde solo los satélites del Google Earth me pueden ver. Mi alma estaba inquieta. Vi una estrella fugaz, siempre me pongo muy contenta cuando veo alguna. Creo que en ese momento no me hubiese importado el tamaño de sus ojos. Pero eran pequeños... como a mi solían gustarme. No fue eso lo que le delató, sino el punto de luz naranja de su cigarro. Me sentía protegida por el muro que separa un terrado del otro. Me convertí en una ladrona vestida de negro con un pasamontañas. Pero no puede evitar mantener la mirada apreciando su silueta. No necesitaba otro engreído que su fama era su primer y atropellante objetivo, esos que me volvían loca con sus palabras bonitas. Él sería mi próximo objetivo. Lo decidí al instante. Alguien que había subido desde el segundo, sí, porqué no, hasta un terrado con vistas una de las maravillas de la ciudad. Y para fumarse un cigarro en la oscuridad de la noche contaminada. Quizá buscaba Sirius. Seguro. Pero todavía no sabía que quedaba al otro lado de donde la estaba buscando, justo detrás de mi. No me dio tiempo a mirar a otro lado cuando nuestros ojos se encontraron. Al principio me miró como ladrona vestida de negro. Pero cuando le sonreí me devolvió la sonrisa más tierna que había visto en semanas. Tú aún no lo sabes pero... me salvará de ti.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ciclos: desamor

Me creas inestabilidad y dudas. Ahora contigo me siento débil y pequeña. Te quiero, eso no lo dudes. Me gustas, porque me has pedido que me vaya a vivir contigo, porque eres el más sexy del escenario y el más tierno al bajar, porque me dejas tocar tus tatuajes sin pedirme sexo a cambio. Pero hay un problema, tú necesitas orden y yo no te lo puedo dar. Es aquí donde una relación se rompe, cuando la exigencia de uno al otro daña al agresor. Es un bucle entre agresor y víctima, no en el sentido físico, sino en el psicológico. Tú me pides que sea racional, que actúe como una persona madura, dudas de mis criterios y me llamas egoísta. Y yo te explico que puede que necesite un egoísta a mi lado, alguien que comparta mi desorden y despreocupación. Entonces me dices que soy una ilusa por creer en los príncipes azules. Pero yo seguiré pensando que ese es el motivo de una relación equilibrada y nadie me demostrará que no puede existir tal compenetración. Los insultos y los arañazos ya habían llegado en los altibajos de nuestra corta trayectoria. Ahora tocan las lágrimas tristes y no rabiosas. Nos damos cuenta de que esto puede que se esté acabando. Tú te niegas profundamente. Yo veo la opción de desaparecer de tu piso, el que iba a ser nuestro piso, cada vez más cerca. Lo intentamos, fuimos valientes. Ahora volveremos a ser valientes. Y antes de marchar me fundiré en tus brazos llenos de lágrimas que recorren tu cuerpo y el mío. Me gustabas... entero.


The wanderers
(por exit deer)