Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



miércoles, 20 de octubre de 2010

Indios avaquerados y vaqueros indiados

El miércoles pasé por delante de un contenedor de basura por la calle Aribau. Había un sofá rojo. Hacía tanto tiempo que no pasaba por allí... Cuando levanté la vista hacia el balconcito del cuarto vi que las puertas estaban abiertas, como siempre.

Me escondía tras el sofá con el arco de flechas en tensión. 09:11 am. Podía escuchar sus sigilosos pasos recorriendo el pasillo. Cuando me asomé, él cargó su pistola ágilmente y sin reparo. Me disparó y la afectada fue la ventana de atrás. Estaba acorralada. Y entonces salté por encima de los cojines rojos y solté con furia mi flecha rozando su brazo izquierdo. Sorprendido, perdió su pistola que voló por los aires. Se echó a correr hacia mí y los dos caímos encima del rojo sofá. Mis flechas salieron despedidas marcando nuestro territorio, aquel calentito comedor. Me puso en su sitio la corona de plumas y yo le pinté dos lineas en las mejillas para convertirlo en indio a él también. Luego le arranqué su estrella de sheriff y cayó justo al lado de Sandra Dee, la gatita que corrió con prisa a la cocina. 09:13 am. Frío que empañaba los cristales. Una manta que cubría indios y baqueros. Caímos rendidos en aquel sofá rojo.

Las nubes habían tapado el sol y una gota cayó sobre mi nariz. El sofá se volvió granate de repente.

viernes, 8 de octubre de 2010

Solía llamarle sueño... ahora me lo fumo

He pensado que no tengo nada lo suficientemente valioso como para llorar cuando se inunde mi querido piso del Eixample. Veo desde el balcón a los guiris abrir la boca cuando se encuentran la señora Sagrada Família entre grúas de repente. Vivo entre ropa por el suelo, platos por lavar, mandos rotos, wifis imposibles, avlanchas de gente que pega codazos en el metro y vecinos chillones. Pero yo pido que lluevan cuchillos sangrientos y que ir descalzo sea de lo más natural por las calles esfaltadas. También le pido a Alex que me cante Cornerstone mientras me lamento por mi adicción a los pelos afros. La belleza está invadiendo mi vida de manera obsesiva y asquerosa y me estoy empezando a aterrorizar por sentirme así de jodidamente excitada pero violenta ante ella. Y decido adentrarme en ella y recorrer las calles malolientes pero maravillosas de otra de mis obsesiones, Barcelona. Antes he imaginado un bebé subiendo por el sofá y acababa sentado en el pub, mamatierra llama? hahahahahaha (por cierto, he decidido reírme a lo modernillo). No me he acabado las patatas fritas. Puto Willy.

sábado, 2 de octubre de 2010

You're so fucking special




"Me levanto, descalzo, y avanzo, hacia la luz..." sigo hipnotizada por la voz más armónica que las propias armonías. "Dale gas" dicen ellos. Y sin querer canto "I'm a bitch, walking down the street" cuando camino por el Passeig de Gràcia. "Off off off with your headesta" es una puta droga, una de las duras, soy una jodida yonki de los lunes asquerosos. Estoy rodeada de pajaritos azules y sumergida en el aroma de una vela rojiza que altera mi sangre convirtiéndola en zumo de arándanos. Me falta, me faltas. "Alone through the clouds, alone on the ground, alone on the water [...] And always to be alone, we'll be alone forever." El melenas se mete en mi cabeza. Quiero que me muerda, darte bofetadas, romper a llorar, inundarnos en chillidos, romper la ropa, destrozar la almohada, sumergirnos en plumas blancas como las paredes de un manicomio recién pintadas. Y luego fundirnos en un beso eterno y no abrir los ojos nunca más. Amanecer con una cabeza de más y ser un doblepensador condenado a la muerte fatal. Y sentirme Blair pronunciando sus palabras "I'm not a stop along the way. I'm a destination." Y poder leer en tus labios la verdad cuando cantas Creep. No fingir serlo, sino encontrarme al señor Encanto alargando la mano a mi pelo para poder cortarlo con unas tijeras que tiene guardadas sin que yo sospechase nada. Harta de poner buena cara, de no saber que llevo el rimel corrido y que el carmín de los labios ya no es rojo. Envuelta en cinísmo, recorro las calles de Barcelona creyéndome Cecília Ce. Necesito más, mucho más.


In memoriam, Tena.