Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



domingo, 16 de enero de 2011

Lola


Había empezado a practicar el escapismo.
Las cosas por aquellas tierras no habían ido del todo bien, por eso decidió empezar a ser quién quería ser. Destino: Barcelona. Le había costado mucho encontrar una familia, en el orfanato no le habían repartido mucho amor. Cat era su hermana cabeza loca que conoció en el lavabo de un antro y surgió el amor a base de compartir camello. Y Magda, su abuela, vecina de rellano, una señora muy guapa que en su juventud fue bailarina y tras la muerte de su único amor, jamás había querido a otro hombre, de película.

Su segunda escapada: París. Fueron un par de semanas intensas. La causa: una terrible confusión del alma. Acabó solucionándolo, más o menos, en un paisaje desconocido y bello con la agradable compañía de alguien que observó los hechos con empatía. Pero volvió a casa, por Magda y sobretodo por Cat. Además, quería volver a entrar descalza en casa de los francesitos y sentarse en el sofá mientras uno tocaba el piano y el otro ordenaba sus fotografías de más triste a más eufórica. Ellos habían comprendido su huida a París, le habían enseñado toda lo bello que conocían en una casita del sur de Francia, y sabían que eso traería consecuencias.

Todo seguía como lo había dejado. Volvía a trabajar como una loca haciendo cafés (con amor) por las mañanas y llegando tarde a las clases de fotografía tras comer acelerada cualquier especialidad de pasta. Los ciclos de cine por las noches con el vecino gafapasta eran un respiro de este mundo cínico.

domingo, 9 de enero de 2011

Quema, quema, quemaaaa!!!!

-Pues quita el dedo de ahí, idiota.

Aquella fatídica noche de sabor agridulce me dejó una chispita que se enciende de vez en cuando dentro de mi sistema cardiovascular y no deja pasar substancias a ninguna parte de mi cuerpo sin antes haberme jodido un rato. No debería estar tan dispersa, distrayéndome en cualquier momento, intentando buscar el guiño adecuado y blabla. Me miento y miento a los demás, menos a ella, que sabe lo que pasa por mi cabecita, se lo confesé una noche lejana a aquella. Disimulo fatal, lo sé. Estoy mejorando mis dotes como actriz. Lo digeriré, no tengo ganas de andar lloriqueando. Y me aprovecharé de lo que pueda, sin que eso suponga mover una ficha para atrás. La linea está difusa. Me irritaré por otras cosas. Una buena visión de futuro nunca puede faltar. ¡Ups! he dicho la palabra mágica... espero que las letras la sepan camuflar.