Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



domingo, 18 de septiembre de 2011

Cara de poemes agres




Sólo queda una galleta de coco y me la comeré sin piedad alguna. El verano se va y las nubes lloran en la despedida. De repente tengo unas ganas enormes de las duchas en pleno invierno, de mantas y bufanda... Por suerte las estaciones van y vienen, y aunque cada vez estén más chaladas, como nuestra civilización, nos dan pequeñas alegrías, porque somos muy fáciles de contentar y al igual que diosito erró con lo de los ríos sangrientos vaginales, también acertó con la rotación de los planetas. Mañana vuelvo a casa a buscar más galletas de coco. Y a decirle a mi mami que estoy confusa. Los veinte y la vida moderna son más que explosivos. Soy Tom, Rasca, Gargamel y el Coyote. Pero sé que hay más hermanos Dalton perdidos entre hongos y onomatopeyas. De una actitud prepasiva, dónde observaba mi entorno de muy vez en cuando, he pasado a una actitud pasiva. Soy espectadora de la maldita y bendita vida, una vouyer que resdescubre el mundo y a medida que se adentra teme más por su cordura. Sentir que no entiendes nada y otras veces darte rabia por tus pretenciosos pensamientos de los que no escapas porque son así y punto. Si antes estaba fuera-del-mundo desfilando de puntillas con cautela para no despertar sospechas, eso sí, sin siquiera darme cuenta de ello, ahora veo pasar la vida y me mantengo alejada de ella, pero estar fuera-del-mundo lo consigo menos, aunque parezca que es un fuera-del-mundo continuo. Estoy embovarinada, tanta ambición sueñil no es buena. Si por lo menos entendiese algo... sólo una minúscula porción del gran pastel. Acabaré viajando a su caluroso núcleo, con la lava y el señor de cuernos colorados. Me hechiza un vestido rojo sobre una bella silueta, una flor seca en medio de un libro viejo de tapa dura con relieves y un encuentro de dos dedos más otros dos debajo de una almohada. Voy viviendo, a veces fatal, otras fenomenal. Hay algo de raro en esta última frase. Domingueo de cine Verdi y moja, oye. En serio, que mi espíritu revolucionario no ha muerto, me he comprado un bote enorme de pompas de jabón, os vais a cagar. Donde rompen las flores, salva una caracola.

2 comentarios:

Manuel R. dijo...

Me gusta tu flujo de conciencia.

Juan Pardo dijo...

Hermoso texto y mágico blog.T invito a seguir el mío.Saludos poéticos.