Piso los charcos con mis nuevas katiuscas de topos. Y mientras me coloco bien la bufanda para que no me entre el aire por el cuello pienso una tarde lluviosa viendo a Chuck intentar decir las dos palabras mágicas, (con 8 letras para ella) pero no lograrlo. Y me preocupa Berlusconi, con tanta movida no podrá preparar un fiesta navideña como Dios manda. Con los dedos cuento las cosas que me gustan: las máquinas tragaperras, mantener la mirada a un gato, mi bloque multicolor, el Salón de la infancia (este año es el Saló Astronòmic!!) y otra cosa que ahora no me acuerdo.
Pete canta himnos nazis, Kate promueve la anorexia y Mischa declara "soy una vergüenza". ¡Qué desastre!
1 comentario:
dios q loco esta el mundo, entre lo de berlusconi (q se lo merece) pero es muy bestia!, lo de pete!, lo de kate!!! y lo de mischa........madremia madremia
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