En ese universo paralelo todo y nada tiene sentido. Descubres que tenéis el mismo fondo, la esencia. Excitante fase 1. Indagas por los caminos laberínticos por si a caso puedes encontrar una mano que te acompañe en el trayecto. Esta es la revoltosa fase 2. Encuentras un lazarillo. Creer en algo depende de la vida y de como se presenta ella misma. Nadie te asegura que mañana no se te aparezca Dios y te mande a un convento o que caigas en un bovarismo profundo a causa de una frustración que ni si quiera tenías presente hace dos días. Aquí tenemos la fascinante fase 3. Ahora debería venir la bella fase 4... la que tú ya has experimentado y con la cual yo he podido disfrutar del brillo de tus ojos, querida.
Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu
jueves, 28 de abril de 2011
jueves, 21 de abril de 2011
Inocencia
-Te incomoda que te mire así, fijamente?
-No.
-No tardará mucho en llegar.
-Bien. Igual no tengo prisa.
-¿Qué te gustan, los hombres, o las mujeres?
-Hahaha, ¿por qué me preguntas eso?
-¿No debería?
-No, sí, sí... Pues las mujeres. ¿Cuantos años tienes?
-Tengo diecinueve.
-¿Has tenido algún novio?
-No, ninguno.
-¿Por qué?
-Porque no me ha gustado nadie lo suficiente.
-Pero habrás tenido pretendientes, seguro.
-Sí. Pero o eran tontos, o demasiado buenos, o poco sexys, o... se cansaban de mi juego pensando que pecaba de estupidez e inocencia.
-Eres malvada.
-Un poco. Pero algunos de ellos lo eran más.
-Y lo de los últimos... ¿duele?
-Mucho.
-Yo no creo que seas una chica inocente.
-Vaya. A Kurt le gustaba la inocencia. ¿Qué es lo que me hace carecer de inocencia?
-Que sabes el porqué de ese dolor.
-¿Y no se puede recuperar?
-Por mucho que lo intentes y te aferres a ella, lo único que puedes conseguir es que los que no saben cómo leerte piensen que la tienes. A lo mejor eso es lo que pretendes.
-Esos no me interesan.
Llegó papá y el señor de la americana azul desapareció junto a él tras esa inmensa puerta de la oficina. Grace se puso bien el vestido de topitos rojos y salió a leer una revista de moda a la terraza. No tardó en echar una mirada triste al gran hormiguero que correteaba por la ciudad gris.
-No.
-No tardará mucho en llegar.
-Bien. Igual no tengo prisa.
-¿Qué te gustan, los hombres, o las mujeres?
-Hahaha, ¿por qué me preguntas eso?
-¿No debería?
-No, sí, sí... Pues las mujeres. ¿Cuantos años tienes?
-Tengo diecinueve.
-¿Has tenido algún novio?
-No, ninguno.
-¿Por qué?
-Porque no me ha gustado nadie lo suficiente.
-Pero habrás tenido pretendientes, seguro.
-Sí. Pero o eran tontos, o demasiado buenos, o poco sexys, o... se cansaban de mi juego pensando que pecaba de estupidez e inocencia.
-Eres malvada.
-Un poco. Pero algunos de ellos lo eran más.
-Y lo de los últimos... ¿duele?
-Mucho.
-Yo no creo que seas una chica inocente.
-Vaya. A Kurt le gustaba la inocencia. ¿Qué es lo que me hace carecer de inocencia?
-Que sabes el porqué de ese dolor.
-¿Y no se puede recuperar?
-Por mucho que lo intentes y te aferres a ella, lo único que puedes conseguir es que los que no saben cómo leerte piensen que la tienes. A lo mejor eso es lo que pretendes.
-Esos no me interesan.
Llegó papá y el señor de la americana azul desapareció junto a él tras esa inmensa puerta de la oficina. Grace se puso bien el vestido de topitos rojos y salió a leer una revista de moda a la terraza. No tardó en echar una mirada triste al gran hormiguero que correteaba por la ciudad gris.
domingo, 17 de abril de 2011
La realidad
Derrocho un optimismo repugnante contagiada por bellas personas que me han aportado grandes cosas estos últimos días. Sorpresas estupendas que desaparecen al ritmo que aparecieron. Refuerzos a lo que ya había intuido. Nuevas cosas descubiertas. Dulce renacimiento. Me estoy moldeando y creo que no estoy del todo mal. Aunque soy jodidamente asquerosa y eso me encanta. Sí, ya, siempre hablando de lo que soy, lo que me gusta, lo que no, lo que querría ser... Pero como hemos cambiado, como me dijo una persona bella. Y ahora me baso en un presente, en un presente de pasado y en un presente de futuro. ÉL tiene razón y punto, llámame influenciable, dime que no tengo misterio alguno, pero tú y yo sabemos que no hay una aportación de esas válida. Creo que voy a parir, el crío está en camino. Con esto lo digo todo. Justamente cuando me doy cuenta de lo complicado que llega a ser encontrar el inalcanzable todo. Pero yo con pequeñitas cosas me siento muy bien.
De repente, un suceso trascendente cambia el curso de mi discurso. Uh, con lo tranquilita que yo estaba. Lo que mis papis no saben es que me gusta el ser humano por encima de todo, y no solo los chicos. Tampoco saben que seré mochilera y recorreré Europa en pantalones cortos. La ciudad es mi hábitat. Pero mi vida paralela está bajo la sombra de un roble a pocos metros de ellos pero sumerjida en mi soledad.
Todavía practico el escapismo pero soy más moderada. Además no pienso renunciar a futuros planes en playas vírgenes junto a otro escapista. Aunque intentaré implicarme más en la vida palpable. Y no debería ser la única, señores escapistas cansados de serlo tan plenamente, uníos a la filosofía de al límite, tan costosa y dulce a la vez. Dulce es este momento, explosiva será esta noche. Tras soñar que tres bombas atómicas se cargaban el planeta, y leones y elefantes correteaban asustados por un bosque, me he despertado con una sonrisa enternecedora que ha saludado al sol como si ayer no hubiera sido su íntima amiga la luna.
lunes, 4 de abril de 2011
Los domingos son para ir descalzo
Conrad Roset (Cosas íntimas)
"Dos caras sin expresión alguna, adulteras como Madame Bovary, esquivar piedras y mancharse las zapatillas del barro de la lluvia de ayer, es del paseo por el bosque, el exilio de la bella y catastrófica ciudad. Rituales oscuros en castillos en ruinas, donde la sangre es granadina y las barbies decapitadas las protagonistas. Truhanes, crápulas, engreídos y pedantes, sus cabezas arderán. Has de ser más rápida y lista que tu propia mente para evitar confusiones y nutrirla de mentiras que eviten verdades desastrosas. Así, leeremos artículos de la wikipedia sobre Juana de Arco y Teotihuacan como forma de escapismo y distracción momentánea."
Eso es lo que me gusta a mí, que Willy me dijera estas cosas. Aunque ya no esté y no pueda escuchar sus palabras precisas y con el sentido impreciso, puedo jugar a ser Willy. De eso se trata, un personaje más de mi cuento, mi vida. Complejidad innecesaria, dice uno de ellos. Complejidad golosa, dice otro.
Soy la princesa que tira su melena por la ventana para ayudar al príncipe a subir, soy el monstruo con dientes divertidos que come piernas claramente de plástico, soy el amigo hipster del protagonista, soy la clásica pasota que nunca se enamora y al final cae como una mosca, soy la reina del baile estúpida y con una manicura perfecta, soy el unicornio chalado que le dice al otro que no salte por encima del arcoíris, y soy Justin Bieber prometiéndole amor eterno a Macaulay Culkin.
Es un problema ser tantas cosas a la vez sabiendo que eres una minúscula partícula en un universo gigante. Vivo con miedo de abrirle la puerta a un nuevo personaje y que me salude con una bofetada y se acabe el mundo. Hola, soy M, me gustan los castillos y no estoy loca, bueno sí, como todos, y no intento ser la más friki, bueno sí, como todos. El talento y el narcisismo en que vivo sumergida no me deja hablar de los demás. Pero no me culpo por ello, yo guardo muchos personajes en este cuerpecito mío y lo sé, por eso te lo explico. Y supongo que tú no lo sabes aún, y probablemente no te interese descubrirlo, pero te gusta decir que eres bipolar, loco, friki y caótico. Resulta que la final no voy a ser tan egocéntrica. Realmente lo que más me interesa del cuento son los personajes. Y el principal no siempre es el más interesante para todos. Aunque yo suelo enamorarme profundamente de él. No me lo tengáis en cuenta, es primavera y hay un póster de Jon Kortajarena justo delante de mi casa. Jony la gente está muy loca.
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