Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



lunes, 8 de noviembre de 2010

Dulces días salvajes


Cuando me robó aquel beso le pegué un bofetón. Le había dicho que no lo hiciera y él me había dicho que no lo haría. Íbamos al lago a bañarnos desnudos. Acampabamos en el bosque escuchando lobos ficticios. Íbamos juntos a conciertos orgásmicos. Dormíamos abrazados en la caravana escondiéndonos de la sociedad civilizada. Nos casamos en la playa. Me tocabas los morados de las piernas y yo me enfadaba. Escuchábamos música tardes enteras de domingo. Íbamos a comer cada uno a un restaurante distinto. No te gustaba mi nueva canción que tarareaba durante todo el día. Te preparaba crepes. Me regalaste un gatito. Iba sola al cine. Te tiré los calcetines por la ventana. Te mordí una pierna. Me ignorabas. Te odiaba. Nos divorciamos. Me odiabas. Le grité al gato y tú tenias la culpa. Vi un ciclo entero de cine expresionista alemán. Comí arroz tres delicias y paseé al gato en brazos por el Borne. Me compré un vestido en el Topshop. Y te vi pasar de la mano con otra. Tiré el móvil al suelo.

2 comentarios:

Anna dijo...

Maria, per favor, collons. T'importaria deixar de fer aquestes coses? L'únic que puc fer quan les acabo de llegir és dir "m'encanta" i tota una sèrie de sons velars que em desconcerten fins i tot a mi mateixa. I després et deixo aquests comentaris.

Així anem.

plognoli

Lucía dijo...

Qué lindo, amo tu blog, María.