No es negativo sentirse indiferente ante todo pero con un pues vale buen rollero. Pero solo durante un tiempo. La indiferencia siempre acaba convirtiéndose en algo triste. No quiero ser una triste. No quiero. Es sábado por la tarde y llueve. Escucho Love of Lesbian y pienso que dentro de poco podré escuchar la voz de Santi muy cerquita de mi yo moribundo. Rescátame de este estado, por favor. Me preocupa no sentirme afectada por el simple hecho de haber dejado de hablar con alguien. No, eso es falso, no me preocupa, pero debería. Plof plof plof plof... necesito algunos truenos que acompañen a las gotas que pegan con fuerza en los cristales. Pero a ratos, en mi cara aparece una sonrisa misteriosa. Una fuerza divina me ayuda, debe ser eso. Y es por eso que me gusta comer un poquito de chocolate negro y después unas patatas muy saladas. Situaciones agridulces que se repiten constantemente en mi día a día. Es como las cosquillas... tan dulces pero tan jodidamente incómodas. Si antes todo era como un viernes por la noche.. ahora hay lunes por la mañana en algún momento de las 24 horas de un martes, miércoles, jueves... Acaba de caer un trueno-rayo-relámpago que casi rompe el mundo en cachistos. ME ENCANTA.
2 comentarios:
sí, es cierto, todo no nos puede dar igual, pero en realidad todo NO nos da igual. Hay cosas que aunque no queramos e intentemos que no nos importen NOS IMPORTAN.
Y no, no debería. Al final parece que no valía la pena esforzarse. Si estoy en lo cierto, claro. Y si no estoy en lo cierto también! Si has dejado de hablar con alguien es culpa de los dos, y debe ser porque esa persona no merecía una palabra tuya.
beeh
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