Aullamos, aullamos, aullamos, auuuuuuuuuuuu



jueves, 6 de mayo de 2010

La historia de la otra Lux




Sola en un café cualquiera de la oscura noche de la Gran Manzana. La encontró. Le pidió que no se fuera todavía. No hablaba de aquel lugar, ambos lo sabían. Él recorrió sus labios con un dedo y ella puso la cabeza en su hombro tras juntar su mano con la de él. Mantuvieron un largo silencio. Ella tenía los ojos cerrados.


Despertó con los potentes rayos de luz de las once de la mañana. Miró a su derecha y vio su sucia y vieja maleta marrón. Después echó un vistazo a su izquierda. Encima de la mesita de noche había una margarita que provocó una sonrisa enorme en su dulce rostro matinal. No, no podía irse aún. Lux estaba bien siendo Lux, por primera vez había respondido así tras plantearse aquello que tantas veces se había planteado.

5 comentarios:

Gertrudis Pi dijo...

Es una historia preciosa... me encanta.
No se de donde es ni me importa, solo se que la he leido i me a gustado al acto, y eso me pasa pocas veces.
No tengo mas palabras que decirte: me gusta, es guai, como tu.
;);)

Gertrudis Pi

Angie dijo...

Me gusta este pedacito de la vida de alguien que sacaste de tu imaginación.

Como dijo Anna, pondria ooh! que bonito! en cada entrada, pero llegaría un punto en que estaria vació de sentido.

Me comprometo, eso si, a comentarte más de vez en cuando y creo que hoy, tal vez mañana, voy a poner mi primera entrada en el blog.

Anna dijo...

Aconsegueixes arribar-me de veritat, Maria. I no sol ser fàcil.

Natnat dijo...

bonita bonita historia :)
<3

Carla dijo...

me encanta prima! estoy muy orgullosa de ti (L)