Jueves por la tarde caminando en soledad por calles repletas de grandes aceras. Le gustaba coger los pedacitos de libros del tren que decían "Tasta'm" pero luego no se acababa comprando ningún libro. Recordaba su viaje a Berlín con una sonrisa pícara en la cara. La mirada fija que mantuvo con un niño le hizo desaparecer ese estado de confusión de su mente durante unos instantes pero después acabó volviendo a aparecer en sus más profundos pensamientos. En su cabeza sonaba la última canción de Najwa Nimri, esa voz que casi susurra pero que ahora intenta gritar. Sólo los gatos azules podían crear un poco de desconcierto en su cabezota. En ese mismo momento pasó un gatito azul con plumas verdes y unas gafas rojas en forma de corazón. No dudó en acariciar el gatito.
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