Me escondía tras el sofá con el arco de flechas en tensión. 09:11 am. Podía escuchar sus sigilosos pasos recorriendo el pasillo. Cuando me asomé, él cargó su pistola ágilmente y sin reparo. Me disparó y la afectada fue la ventana de atrás. Estaba acorralada. Y entonces salté por encima de los cojines rojos y solté con furia mi flecha rozando su brazo izquierdo. Sorprendido, perdió su pistola que voló por los aires. Se echó a correr hacia mí y los dos caímos encima del rojo sofá. Mis flechas salieron despedidas marcando nuestro territorio, aquel calentito comedor. Me puso en su sitio la corona de plumas y yo le pinté dos lineas en las mejillas para convertirlo en indio a él también. Luego le arranqué su estrella de sheriff y cayó justo al lado de Sandra Dee, la gatita que corrió con prisa a la cocina. 09:13 am. Frío que empañaba los cristales. Una manta que cubría indios y baqueros. Caímos rendidos en aquel sofá rojo.
Las nubes habían tapado el sol y una gota cayó sobre mi nariz. El sofá se volvió granate de repente.
